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02/11/2012

De la entrevista con Felipe Rodríguez, en la edición anterior, concluimos que la Guajira no fue pobre siempre sino que la empobreció la generosa política económica y social que desde hace décadas practican los diferentes gobiernos, especialmente en favor de la transnacional Cerrejón (Bhp  Billiton de Suráfrica, Angloamérican de Inglaterra y Xstrata de Suiza) que se tragó parte de la Guajira, varios de sus pueblos indígenas, desmanteló la ínfima agroindustria y el comercio, generó desempleo y pobreza. Ahora, Cerrejón pretende trasladar el río Ranchería 26.2 kilómetros para sacar más carbón; mientras que a la brasilera MPX el gobierno ya le concesionó 66 mil hectáreas, donde destruirá el manantial Cañaverales, al norte del Departamento del Cesar. En esta segunda entrega continuamos con lo que cuenta Felipe Rodríguez:

 

En enero de 2012, MPX (multinacional brasilera de la minería) anunció que el gobierno le había concesionado 66 mil hectáreas en la Guajira para un proyecto de explotación carbonífera en el corregimiento de Cañaverales, jurisdicción de San Juan del Cesar, y en Papayal, zona rural de Barrancas. Simultáneamente construirá un puerto para embarque del mineral en el municipio de Dibulla, al norte del departamento. El Manantial de Cañaverales es de agua dulce, fundamental para el consumo humano de la región, que incluye a la Guajira; en abril, Cerrejón hizo el anuncio de la expansión de su producción de 30 a 60 millones de toneladas del mineral en cuatro años; en este plan se contempló la apertura de dos tajos nuevos, debajo del lecho natural del río Ranchería. Esto implica la modificación, el traslado del río de manera irreversible en 26.2 kilómetros.

Aquí se conjugan para el pueblo de la Guajira varios hechos graves: la aprobación del régimen de regalías en noviembre de 2011, que perjudica notoriamente a la empobrecida población; la expansión de la producción del Cerrejón, que mata el río Ranchería, y la concesión de las 66 mil hectáreas a la multinacional brasilera MPX, que se apropia del manantial de Cañaverales. Por eso el pueblo de la Guajira debe apuntarle hoy prioritariamente a la defensa del río Ranchería y del manantial Cañaverales, porque lo que está en juego es el agua de los guajiros. Entonces el comité cívico por la defensa de las regalías, que había movilizado miles de personas y generado un ambiente de unidad social en contra del uso corrupto de las regalías, se transformó en el Comité Cívico por la Defensa del río Ranchería y el manantial de Cañaverales.

Antecedentes de los daños ambientales
Primero debemos señalar que el Estado nunca ha tenido una política de desarrollo ni para esta región ni para el resto del país, y se ha puesto al servicio de las transnacionales, en especial Intercor, de origen norteamericano. Desde hace 30 años que entró en funcionamiento el Cerrejón ha intervenido alrededor de 12 mil hectáreas de bosque primario seco-tropical, uno de los más escasos en el país y ha recuperado en 30 años sólo el 25% del área intervenida: 3000 hectáreas.

Sobre estas hectáreas se ha hecho una alharaca muy grande, incluso al punto de ganar premios; pero nadie aclara que lo que han hecho es destruir 12 mil hectáreas y lo que recuperaron no es bosque primario, es una siembra de árboles. O sea, Cerrejón nos está debiendo el 75% del área intervenida. ¿Y quién nos va a responder como Guajiros y como colombianos por esa área cuando termine el contrato de asociación en el año 2033?

En esos 30 años han desaparecido de 8 a 10 arroyos y quebradas, entre ellos Bartolico y Araña´e gato. A Aguas Blancas le cambiaron el curso y al Ranchería ya lo han intervenido. Todos estos ríos y quebradas eran tributarios del río Ranchería, con el agravante que, como se trata de ríos y quebradas de zona semi-desértica, estos alimentan los acuíferos. Hay tres clases de ríos según la proporción del agua superficial con el agua subterránea: el que recibe agua de acuíferos, el que alimenta los acuíferos y el que es independiente del agua subterránea. Un alto porcentaje de los ríos de zona semidesértica alimenta a los acuíferos. El río Ranchería, desde Cuestecita, a partir de su entrada en la zona baja, comienza a perder agua, porque ya es un territorio muy poroso y la mayoría del agua se filtra al fondo de la tierra.

El río Ranchería se divide en zonas: desde donde nace, en Chirigua - zona alta de Riohacha, en la Sierra Nevada, a mas de 3 mil metros sobre el nivel del mar-, baja hasta el Cercado, que es donde está la represa del Cercado; todo eso es la zona alta del río. Después del Cercado, baja hasta Cuestecitas, como zona media, y finalmente hasta Riohacha, en una parte que se conoce como el riito, que es donde desemboca. Imaginen qué pasa si tenemos en cuenta, por ejemplo, que un pit, es decir los pozos que la transnacional cava para sacar el carbón, llega a tener una profundidad de hasta 400 metros; o sea que la explotación implica remover la capa vegetal, luego remover los suelos y ubicar los botaderos, que no son más que montañas de material estéril y contaminado; luego sacan el carbón y cuando llueve las aguas se retienen y se convierte en agua ácida que se va filtrando hacia los acuíferos.

¿De dónde toman su agua los acueductos de los municipios cuenca abajo?
De fuentes subterráneas. Esa agua que viene alimentando el río (los acuíferos) está siendo contaminada por el agua ácida y es el agua que le llega a las personas. Una cosa que hasta el mismo Cerrejón reconoce. Si de los municipios que pertenecen a la zona baja, es decir, desde Cuestecita en el municipio de Albania, pasando por Manaure, Maicao y Riohacha, hacemos una relación entre concentración poblacional y la oferta hídrica del río, encontramos que concentran el 73% de la población del departamento (más de 500 mil habitantes) y que tienen una oferta hídrica del 51% del agua disponible en el departamento. Esto deja ver un déficit en la oferta de estos municipio e indica que ya tienen un problema serio en el abastecimiento de agua, aún sin desviar el río Ranchería e intervenir el manantial de Cañaveral.

Ahora, si usted toca o modifica el río justo en la zona media, que es donde se encuentra la concesión que dicen va a estar en Barranca, entonces el daño va a ser terrible. El argumento de las empresas es que sólo afectará o modificará el área intervenida. Eso es absurdo. Lo cierto es que el río no es de ellos, es de utilidad pública, así pase por la puerta de mi casa. Concesionar, así sea una parte del río o trasladarlo, es como si les hubieran concesionado todo el río.

También van a afectar cañadas y arroyos, porque piensan intervenir el río Palomino. Este es otro alimentador del Ranchería, y pretenden represarlo; quieren tomar el acuífero y eso significa un control del agua en manos de una multinacional, es decir, una privatización de caños, quebradas…el agua en su estado natural. Y el agua no puede estar en manos privadas, porque en determinado momento podrían atentar contra todo un pueblo simplemente cortándosela, por ejemplo como represalia ante las protestas cívicas.

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