Ríos Vivos, un movimiento nacido en 2008 en rechazo al proyecto Hidroituango, se toma hoy Canadá para exigir el cese de complicidades internacionales con las prácticas de muerte de la hidroeléctrica. Como la corriente de los ríos, que resiste al horror, los pueblos arrastran dignidad por todos los rincones del mundo.
“Justicia energética: por la defensa del río Cauca en Colombia” es el nombre de la gira que se encuentra realizando el Movimiento Ríos Vivos en la voz de Isabel Zuleta en Canadá y que se extiende por siete ciudades (Vancouver, Saskatoon, Montreal, Winnipeg, Quebec, Ottawa y Toronto). Como movimiento de afectadas y afectados por el megaproyecto Hidroituango, Ríos Vivos viene a Canadá a sensibilizar a su población, pero más concretamente para pedir la interrupción de la financiación que la Caja de pensiones de Quebec ha hecho a la hidroeléctrica a través de un préstamo de 300 millones de dólares por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) a Empresas Públicas de Medellín.
Antes de la llegada de Isabel, muchas personas de diferentes organizaciones en Montreal y todo Canadá empezaron a trabajar para preparar esta gira. Entre ellas el CDHAL (Comité por los derechos humanos en América Latina), que se ha embarcado desde 2015 en el proyecto de generar alianzas en todo Latinoamérica contra el modelo extractivista y por la justicia energética, y el PASC (Proyecto de acompañamiento solidaridad Colombia) que desde 2003 lleva un proceso de formación política para acompañar organizaciones en Colombia y difundir información en Canadá sobre movimientos sociales y procesos de resistencia del país, denunciando además las implicaciones canadienses en el conflicto armado colombiano. Ambas organizaciones unidas para este proyecto en su campaña “Lavons les mains sales de la caisse” (Lavemos las manos sucias de la caja).
La gira tiene dos grandes objetivos en los que se resumen las demandas del Movimiento Ríos Vivos: exigir que se retire el financiamiento de la Caja y promover una gira inversa (Canadá – Colombia) que permita visibilizar a nivel nacional e internacional la violación de derechos humanos en el marco de Hidroituango.
En primera instancia Ríos Vivos exige que se retire la financiación, o en su defecto que se condicione. La Caja de pensiones de Quebec dice que tiene políticas sobre inversiones “verdes” y que promueve el desarrollo de criterios ambientales y responsables para sus financiaciones. Sin embargo, el caso de Hidroituango está lejos de cumplir estos requisitos.
Isabel llama la atención sobre el hecho de que aquí no se trata de “financiación transparente”, las condiciones del préstamo (si es que las hay) no son accesible a las comunidades, por el contrario, esa información es completamente oscura. Además de estar condicionada por el acceso a internet, se publica en lenguas extranjeras, incomprensibles para los habitantes del país afectado. Y es que tiene que ser transparente pues es a partir del acceso a esta información que se podrían construir demandas y denuncias concretas, desde el conocimiento de los compromisos que se están incumpliendo. Si hay coherencia con las políticas “verdes”, la Caja tendría que retirar la financiación. Si la Caja no retira o condiciona la financiación lo que queda claro es que admite la violación de derechos humanos, es decir, se vuelve cómplice.
Hace más de un año Ríos Vivos presentó una queja al BID como parte del proceso de veeduría al megaproyecto. Esta queja fue presentada por 477 personas afectadas por Hidroituango, pidiendo que se investigara al megaproyecto por los daños causados además gracias a sus financiaciones. El 18 de octubre de este año se radicó una carta de respaldo con más de 4.000 firmas en Washington, para exigir una respuesta a esta solicitud. Otro de los objetivos al llegar a Canadá era que el país firmara y respaldara esta demanda, que hasta inicios de noviembre no había tenido respuesta. El 10 de noviembre el Directorio Ejecutivo del BID anunció que iniciará la investigación. Según el CIEL: “El BID Invest ha invertido millones de dólares en el proyecto y ha facilitado la inversión de mil millones de dólares adicionales de otros bancos internacionales. Dichas inversiones se mantienen a pesar de la grave crisis del proyecto”.
El segundo gran objetivo de la gira es generar un proceso de articulación mediático con la prensa internacional para que la realidad de lo que está pasando con el proyecto se visibilice masivamente. En Colombia los medios de comunicación no escapan al problema de intereses que existe alrededor de EPM, y esto ha hecho que la realidad que se vive en los territorios afectados por Hidroituango sea casi completamente desconocida en el resto del país.
Cuando en la manifestación del 2012 llamaron a los medios les dijeron que no iban porque podían perder su pauta publicitaria, cuenta Isabel. Y agrega que “es una decisión política de crear una burbuja mediática” lo que genera que la información se encuentre amurallada en las regiones y se difunda de manera selectiva por privados.
“Cuando han mostrado algo es porque es absolutamente evidente, como cuando se tapó el túnel y evacuaron 7000 personas; son 7000 personas que no están, y pues eso es tan evidente que cómo no lo van a mostrar”. El propósito de Ríos Vivos es lograr que Canadá y otros países visiten Colombia para que la burbuja se desbloquee y los medios nacionales se vean obligados a mostrar los graves impactos ambientales y sociales que genera la hidroeléctrica, pues aunque a nivel extraterritorial este sea un problema financiero, a nivel territorial va más allá, es un problema que tiene que ver con la vida.
El 13 de noviembre se realizó un plantón frente a la sede principal de la Caja de pensiones en Montreal para manifestar el rechazo a “la financiación de un proyecto de muerte”. Entre el francés y el español y a pesar de los -7 grados y la imponente nieve, se escuchó al unísono: ¡Ríos para la vida, y no para la muerte! Les fleuves pour la vie et non pour la mort ! ¡Yo tenía mi casita, y la Caja me la quita! Solidarité !
Aunque el comité organizador de la gira envió una carta a la Caja en repetidas ocasiones para acordar un encuentro con Isabel, nunca obtuvieron respuesta. En medio de la manifestación un vocero se hizo presente y recibió las cartas y documentos de apoyo. Después de una visita a la Asamblea Nacional (con el apoyo de Québec Solidaire) y algunos artículos de la prensa de Quebec después del plantón, la Caja respondió al llamado y aceptó tener un encuentro con la vocera del movimiento a finales de este mes.