A pesar de reconocimiento de propriedad colectiva, continua deforestacion, la extension ganadera, la siembra y extraccion del fruto de la palma.
LIGIA MARIA CHAVERRA y MANUEL DENIS BLANDON han sido objeto de un plan sicarial alentado por un empresario para ser asesinados. Los líderes afrocolombianos desde el 2001 ante la Comisión Interamericana y ante las instancias nacionales iniciaron con sus testimonios un recorrido en búsqueda de la Verdad, de la Justicia y de la Reparación a fin de lograr la protección del Territorio. El plan fue conocido por una persona que da fe de un diálogo de un empresario con estructuras sicariales de los ex o ¿paramilitares?
Este plan criminal se desarrolla en medio de una estrategia integral de desestructuración de las Zonas Humanitarias y las Zonas de Biodiversidad de las familias de los Consejos Comunitarios que habitan en el Curvaradó y Jiguamiandó. Hoy el sector empresarial ha continuado con apoyo y con la tolerancia de la Brigada 15 la extracción de la palma, la deforestación y la ocupación de mala fe ganadera. Con apoyo de autoridades locales buscan además de desprestigiar a los representantes legales de los ríos, lograr legalizar bajo nuevas fórmulas sus inversiones, con la constitución de nuevos consejos comunitarios, la negación de los existentes y la negación de inscripción a los que se han constituido a favor de la restitución integral de la propiedad.
El agronegocio cimentado en crímenes de vidas humanas y daños ambientales irreparables con el “sano propósito” de la producción de “bio combustibles” se está priorizando en las actuaciones institucionales por encima de los principios de igualdad, de respeto a los derechos ancestrales.
La cooptación social vía “Acción Social” actuando a favor de los empresarios, el ofrecimiento de recursos económicos y el ardid jurídico para quedar en la posesión real del territorio usando de los mecanismos de participación comunitaria, de representación pública tienen como finalidad silenciar, asegurar la impunidad y las propiedades para el desarrollo del agronegocio de palma, deforestación, extensión ganadera, lavado de activos y siembra de coca.
Hoy como nunca antes, se requiere con prontitud la solidaridad nacional e internacional a fin de evitar hechos tan o más graves de los sucedidos con la finca de Carimagua. El reconocimiento de la titularidad de la propiedad en cabeza de afrocolombianos es una verdad formal. Hoy los afrocolombianos que habitan en los Territorios, y sobreviven en medio de la palma y en los límites de las Haciendas ganaderas, en donde huele el lavado de activos del tráfico de drogas están en altísimo riesgo de la protección de su vida y del disfrute real de sus derechos territoriales.
ADJUNTO CONSTANCIA Y CENSURA ETICA 120208
Bogotá, D.C. 13 de febrero de 2008
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ
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