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24/10/2012

El previo Acuerdo de La Habana que está en su prólogo, con su instalación en Oslo, corrige errores y recoge aciertos de los procesos de negociación que el país vio durante los últimos 30 años entre el Estado y los grupos insurgentes. Sin los fatales errores que dieron al traste con el diálogo por cerca de 40 meses, entre Pastrana y Marulanda, de 1999 a 2002, esperemos que esta vez la negociación y los acuerdos consigan superar la cruenta guerra que vive Colombia. Es necesaria una visión de la paz metodológica tras un largo aprendizaje y sacrificios en la década.

Luego de 12 años, desde 2002, con el intento fallido de la segunda reelección de Uribe, el gobierno de Juan Manuel Santos anunció el 26 de agosto de 2012 la reapertura de conversaciones con las farc, que por el aborto de la información no dio espacio para el acercamiento inmediato del eln. Tras una fase exploratoria, en secreto, Colombia conoció el documento de un Acuerdo General para “la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”. En su contenido, tal Acuerdo recoge casi todos los aspectos dispersos del Caguán (ver recuadro) pero agrega algunas cosas, particularmente en la Agenda de temas que ahora incorpora la terminación del conflicto y el tópico de las víctimas, elementos sin mayor mención en 2002. Dentro del propósito por la paz y sus dificultades, salvo por los 12 años que median entre uno y otro proceso de paz, no hay discontinuidad entre el Caguán y La Habana.

No obstante el aparente caos del primero, el segundo recoge sus aspectos centrales y los ordena en una síntesis metódica que parece aproximarse a una salida cierta del prolongado conflicto social y armado que por más de 50 años gravita sobre la sociedad colombiana, con su derivación de inestabilidad y violencia crónica. Los preliminares Acuerdos de La Habana corrigen y establecen un sano marco metodológico, útil sin duda para el avance progresivo y definitivo de las negociaciones. Un hecho que aparece disminuido. Existe la tendencia generalizada a reducir los aspectos que fueron pactados en los cinco puntos de la Agenda temática, sin darle toda la dimensión al asunto de una solución política para la paz, que es más complejo.

Disponerse, concebir o diseñar una participación eficaz de la sociedad civil en la ronda iniciada en Cuba exige un ejercicio de claridad sobre el tema: hacer un “mapa mental” con los puntos anteriores y de ingreso a otra oportunidad de solución del complejo asunto del conflicto en la sociedad colombiana.

La Habana/Oslo recoge una acumulación del Estado y la sociedad en el esfuerzo recurrente por encontrar solución al ciclo de violencia que comenzó a mediados del siglo XX, con la represión antes y después del estallido del 9 de abril de 1948, cuando fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán. Acuerdos de La Uribe, con su sencilla agenda de dos puntos: reforma agraria y reforma política, desmovilización del M-19/epl/prt/Quintín Lame, Constituyente del 91, diálogos de Cravo Norte (91), reuniones en Caracas (91), conversaciones en Tlaxcala (92) y Zona de Encuentro con el eln (2000), son episodios que dejaron huella y memoria, con un acervo difícil de ignorar, pues se corre el riesgo de repetir los errores que impidieron un cierre a satisfacción.

La paz metodológica y los siete bloques por resolver

En los nuevos diálogos que ahora toman cuerpo se pueden identificar unos bloques de la negociación que interactúan en forma dinámica y que son necesarios de explicitar.

Bloque 1. Axiología del pacto. Es un conjunto de valores y principios que sirven de referencia a la hermenéutica de los temas, al desarrollo y la armazón de los acuerdos, al funcionamiento de la Mesa y las reglas de juego del proceso. Esos principios son: i) la construcción de la paz es un asunto de la sociedad en su conjunto que requiere la participación de todos, sin distinción; ii) el respeto a los Derechos Humanos en todos los confines del territorio nacional es un fin y una responsabilidad del Estado que se debe promover; iii) el desarrollo económico con justicia social y en armonía con el medio ambiente es garantía de paz y progreso; iv) El desarrollo social con equidad y bienestar, incluyendo a las grandes mayorías, permite crecer como país; v) una Colombia en paz jugará un papel activo y soberano en la paz, y en el desarrollo regional y mundial; y vi) es importante o imperativo ampliar la democracia como condición para lograr bases sólidas de la paz.

Bloque 2. Criterios metodológicos. i) iniciar conversaciones directas e ininterrumpidas sobre los puntos de la agenda establecida, con el fin de alcanzar un acuerdo final para la terminación del conflicto que contribuya a la construcción de la paz estable y duradera; y ii) garantizar la efectividad del proceso y concluir el trabajo sobre los puntos de la agenda de manera expedita y en el menor tiempo posible, para cumplir con las expectativas de la sociedad sobre un pronto acuerdo. En todo caso, la duración estará sujeta a evaluaciones periódicas de los avances.

Bloque 3. Agenda temática. i) Política de desarrollo agrario integral. El desarrollo agrario integral es determinante para impulsar la integración de las regiones, y el desarrollo social, económico y equitativo del país. Acceso y uso de la tierra: a) Tierras improductivas. Formalización de la propiedad. Frontera agrícola. Protección de zonas de reserva; b) Programa de desarrollo con enfoque territorial; c) Infraestructura y adecuación de tierras; d) Desarrollo social: salud, educación, erradicación de la pobreza; e) Estímulo a la producción agropecuaria, y la economía solidaria y cooperativa. Asistencia técnica. Subsidios. Créditos. Generación de ingresos. Mercadeo. Formalización laboral; y f) Sistema de seguridad alimentaria.

ii) Participación política. a) derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del acuerdo final. Acceso a los medios de comunicación y “formas de propiedad” de los mismos; b) mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa en los diferentes niveles del poder, áreas de las instituciones y diversos temas; c) medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, igualdad de condiciones y con garantías de seguridad.

iii) Fin del conflicto. Proceso integral y simultáneo que implica: a) cese al fuego y de hostilidades, bilateral y definitivo; b) dejación de armas. Reincorporación de las farc-ep a la vida civil –en sus aspectos económico, social y político–, de acuerdo a sus intereses); c) el gobierno nacional coordinará la revisión de la situación de las personas privadas de libertad, procesadas o condenadas por pertenecer o colaborar con las farc-ep; d) en forma paralela, el gobierno nacional intensificará el combate para acabar las organizaciones criminales y sus redes de apoyo, incluyendo la lucha contra la corrupción y la impunidad, en particular contra cualquier organización responsable de homicidios y masacres, o que atente contra defensores de Derechos Humanos, minorías, diferentes pueblos, movimientos sociales, movimientos políticos; e) El gobierno nacional revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para hacerles frente a los retos de la construcción de la paz; f) Garantías de seguridad; g) en el marco enunciado en el punto quinto (Víctimas) de este acuerdo, se esclarecerá, entre otros, el fenómeno del paramilitarismo.

La firma del acuerdo final empieza este proceso, por desarrollar en un tiempo prudencial y que se debe establecer de común acuerdo entre las partes.

iv) Solución del problema de las drogas ilícitas. a) programa de sustitución de cultivos ilícitos. Planes integrales de participación de las comunidades en el diseño, ejecución, y evaluación de los programas de sustitución y recuperación ambiental de las áreas afectadas por los cultivos ilícitos; b) programas de prevención del consumo y salud pública; y c) solución del fenómeno de producción, consumo y salud pública.

v) Víctimas. Resarcir a las víctimas hace parte y es centro del acuerdo gobierno nacional-farc-ep. En ese sentido, serán tratados: a) Derechos Humanos de las víctimas; y b) verdad.

Bloque 4. Aplicación, verificación y refrendación. La firma del acuerdo final dará comienzo a la práctica de todos los puntos acordados. a) Mecanismos de ejecución práctica y verificación.

–Sistema de implementación, dándoles especial atención a las regiones.
–Comisión de seguimiento y verificación.
–Mecanismos de resolución de diferencias. Los mismos tendrán capacidad y poder de ejecución, y estarán confirmados por representantes de las partes y de la sociedad civil, según el caso.
b). Acompañamiento internacional.
c) Cronograma.
d) Presupuesto.
e) Herramienta de difusión y comunicación.
f) Mecanismos de refrendación de los acuerdos.

Bloque 5. Instrumentos. Establecer una Mesa de conversaciones/negociaciones que se instalará públicamente, un mes después del anuncio público, en Oslo (Noruega) y cuya sede principal será La Habana (Cuba). La Mesa podrá hacer reuniones en otros países. En las sesiones de la Mesa participarán hasta 10 personas por delegación, de los cuales hasta cinco serán “plenipotenciarios”, quienes llevarán la vocería respectiva. Cada delegación estará compuesta hasta por 30 representantes.

Bloque 6. Participación internacional. Desarrollar las conversaciones con el apoyo de los gobiernos de Noruega y Cuba como garantes, y los gobiernos de Venezuela y Chile como acompañantes. De acuerdo con las necesidades del proceso, por común acuerdo podrán participar otros invitados.

Bloque 7. Reglas de funcionamiento. a) En las sesiones de la mesa participarán hasta 10 personas por delegación… (ya visto); b) Con el fin de contribuir al desarrollo del proceso, cabe realizar consultas a diferentes expertos sobre los temas de la agenda, una vez surtido el trámite correspondiente; c) Para garantizar la transparencia del proceso, la Mesa elaborará informes periódicos; d) Funcionará un mecanismo para dar a conocer conjuntamente los avances de la Mesa. Sus discusiones no se pueden hacer públicas; e) Está prevista una estrategia de difusión eficaz; f) Para garantizar la más amplia participación posible, quedará abierto un mecanismo de recepción de propuestas sobre los puntos de la agenda por parte de los ciudadanos y las organizaciones, a través de medios físicos o electrónicos. En forma unánime y en un tiempo determinado, la Mesa podrá hacer consultas directas y recibir propuestas igualmente directas sobre ta les puntos o delegar en un tercero la organización de espacios de participación; g) El gobierno nacional garantizará los recursos necesarios para el funcionamiento de la Mesa que serán administrados de manera eficaz y transparente; h) La Mesa contará con la tecnología necesaria para adelantar el proceso; i) La conversaciones se iniciarán con el punto Política de Desarrollo Agrario Integral, y a continuación el orden que la Mesa acuerde; y j) Las conversaciones se darán bajo el principio según el cual “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.


Recuadro

Un ‘mapa’ del antecedente en el Caguán

San Vicente del Caguán y la Zona de Distensión (Mesetas, La Uribe, Macarena, Vista Hermosa), fue fruto de los golpes con derrota operacional –no estratégica ni táctica– del ejército y los acercamientos entre la campaña presidencial de Andrés Pastrana y las farc. El tema de la paz marcó la competencia para reemplazar el gobierno de Ernesto Samper, afectado por un grave escándalo a raíz del Proceso 8000. Además, desde octubre de 1997, una enorme multitud, cercana a los 10 millones de ciudadanos, oficializó el Mandato por la Paz. Una vez conocida la derrota del candidato oficialista, Horacio Serpa, el nuevo gobierno, de Andrés Pastrana, formalizó el 14 de octubre de 1998 la Zona de Distensión, que cubría 45 mil kilómetros cuadrados del territorio nacional, en los departamentos de Meta y Caquetá.

El 7 de enero de 1999, la instalación de la Mesa de Diálogos en la población de San Vicente del Caguán, con la presencia de 250 invitados, abrió paso a la Mesa de Negociación y el 6 de mayo dio a conocer la Agenda Común para el Cambio hacia una Nueva Colombia, que señaló los siguientes temas para la negociación: a) Solución política negociada; b) Protección de los Derechos Humanos, c) Política agraria integral, d) Explotación y conservación de los recursos naturales, e) Estructura económica y social, f) Reforma a la justicia, lucha contra la corrupción y el narcotráfico, g) Reforma política para la ampliación de la democracia, h) Reformas del Estado, i) Acuerdos sobre Derecho Internacional Humanitario, i) Fuerzas militares, j) Relaciones internacionales, y k) formalización de los acuerdos entre el gobierno y las farc. Doce temas principales con 107 subtemas.

Para su tratamiento y avance, funcionó un Comité Temático Nacional con el encargo de acordar y hacer funcionar un mecanismo de Audiencias Públicas, de las cuales se realizaron, entre el 2000 y el 2001, 36 en diversas modalidades. El 4 de diciembre de 1999 tuvo lugar la Audiencia Pública inicial para explicar el sistema de participación de la sociedad en todo el proceso. Las primeras 24, celebradas entre abril y noviembre del año 2000, en su orden para funcionar escucharon propuestas sobre el tema de “generación de empleo y crecimiento económico”. Las últimas 12 Audiencias, entre mayo y septiembre de 2001, versaron sobre la distribución del ingreso y el desarrollo social. En las mismas tuvieron participación directa 22 mil personas.

Dada la enorme tensión entre las partes, a lo largo del proceso hubo la necesidad de constituir varias comisiones, entre las cuales cabe mencionar el Frente Común por la Paz, integrado por representantes de diversos partidos políticos; la Comisión internacional de acompañamiento, con representantes de 26 países amigos, delegados de la ONU y la Unión Europea; la Comisión facilitadora de las negociaciones, que conformaron 10 países amigos y facilitadores, la Iglesia y un Asesor Especial de Naciones Unidas. El 11 de mayo de 2001, las circunstancias llevaron a constituir la Comisión de Notables para formular recomendaciones, a fin de acabar el paramilitarismo y disminuir la intensidad del conflicto, según estipulaba el Acuerdo de Los Pozos, del 9 de febrero de 2001, que trazó orientaciones para el Acuerdo Humanitario.

El informe de los Notables conllevó la firma, el 5 de octubre del 2001, del Acuerdo de San Francisco de la Sombra, cuyo principal punto hizo referencia al estudio de un alto al fuego y de hostilidades. Una discusión del día 20 de enero de 2002 concluyó con un Cronograma para el cese del fuego, que quedó en el papel porque la negociación concluyó en febrero de 2002 con una ruptura del acercamiento. Acá conviene indicar que durante el proceso sólo funcionó una tregua unilateral por parte de las farc, durante un mes, en la navidad de 1999. También hubo un intercambio de “prisioneros de guerra” que permitió la entrega de varios centenares de soldados en poder de la insurgencia.

Igualmente, el país conoció una Comisión Auxiliar de casos especiales, integrada por un representante de la Iglesia y un miembro de las farc. Por su parte, una Comisión conjunta del gobierno y las farc realizó viajes a Suecia, Noruega, Italia, el Vaticano, España, Suiza y Francia. Igualmente, ocurrieron desplazamientos a México y Costa Rica. Como novedad, el 29 de abril del año 2000 fue noticia el lanzamiento del clandestino Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, bajo el impulso y la orientación de las farc.

Durante el gobierno de Andrés Pastrana se firmó con el eln, en diciembre del año 2000, el Acuerdo de La Habana para organizar una Zona de Encuentro en el Sur de Bolívar, que no fue efectiva por el bombardeo en contra de los medios de comunicación, y el sabotaje de los paramilitares y las fuerzas armadas. Casi al terminar el mandato conservador, fracasaron los diálogos y las negociaciones del Caguán, al igual que la proyectada Zona de Encuentro con el eln. La falta de un Cese al Fuego y de Hostilidades, y la manifiesta ausencia de voluntad para hacer reformas sustanciales en la sociedad colombiana, a la par que la inquebrantable decisión de las farc de avanzar hacia Bogotá, para lo cual dispuso fuerzas en sus corredores aledaños, dieron al traste con todo el proceso.

La élite dominante aprovechó el período de la Zona de Distensión para revertir la falla operacional del Ejército, que permitía la maniobra y la concentración de unidades de la guerrilla para el ataque, para modernizar y adquirir tecnología de punta, con financiación de los Estados Unidos bajo el amparo del mal llamado “Plan Colombia”, con el logro de una superioridad aérea y la velocidad de respuesta y traslado de tropas. Bajo este paso, Álvaro Uribe priorizó, durante ocho años, la guerra y la paramilitarización del Estado en su afán por derrotar a la insurgencia de origen campesino mediante una estrategia por apurar el “fin del fin”. Por su parte las farc aprovechó la zona de distensión para potenciar y cohesionar su fuerza.

Author
Desde abajo - Elías Isaza