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20/07/2012

"No vamos a agredir a nadie, pero utilizaremos la fuerza de nuestra comunidad reunida, de nuestra palabra y de nuestros derechos para recuperar nuestros territorios."

Las organizaciones sociales, sindicales y de DDHH del Valle del Cauca abajo firmantes manifestamos ante la comunidad nacional e internacional nuestra solidaridad y apoyo a las comunidades indígenas del Cauca quienes adelantan la jornada de desmilitarización de sus territorios ancestrales: Minga por la vida: “¡No queremos oír ni un tiro, donde se oye un tiro para allá vamos!” De igual forma rechazamos la respuesta represiva que el Estado colombiano ha dado a tan delicada situación y el carácter intransigente de sus pronunciamientos en medios que ha desembocado en una polarización de la opinión pública, así como el papel que han desempeñado los medios de comunicación, tergiversando y parcializando la información a favor de las versiones oficiales.

Históricamente el Departamento del Cauca, ubicado en el suroccidente del país ha sido un territorio en el que han hecho presencia los diferentes actores del conflicto social y armado de Colombia. Esta presencia ha hecho que la población civil, indígena y campesina, quede en medio de las acciones bélicas que ahí se desarrollan ocasionando numerosas muertes, desplazamiento y constante situación de riesgo a la población. Cansados de los atropellos de los diferentes actores armados y en un acto de dignidad y autonomía decidieron retomar el control de sus territorios expulsando al ejército nacional y a la guerrilla de las FARC, actividad que adelantan desde el pasado 16 de julio de 2012.

Son múltiples las causas del conflicto social y armado en el departamento del Cauca; este se ha caracterizado por ser un departamento abandonado por el Estado colombiano, con una infraestructura vial precaria, un sistema de salud que no es ajeno a la crisis nacional de este sector, un sistema educativo insuficiente, un sector agrícola que se debate entre los cultivos ilícitos y la agricultura tradicional, y la solicitud de un elevado número de licencias para la explotación minero-energética y de desarrollo de monocultivos en la región que superan el 67% del total del territorio caucano; paradójicamente Popayán –capital del departamento- acuna una de las más rancias oligarquías del país, de tintes claramente racistas y agresivos hacia las comunidades indígenas. Todos estos factores han convertido al departamento del Cauca en el epicentro de la guerra en el país, consideramos que la solución a estas problemáticas no es convertir el departamento en una zona de consolidación donde la única respuesta es la militar.

Hacemos un llamado a la comunidad internacional en cabeza de la oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas, al Comité Internacional de la Cruz Roja CICR,  a la Organización de Estados Americanos a que se haga una verificación del cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario en cuanto a las acciones de los actores armados, la construcción de guarniciones militares en medio de la población civil y acciones bélicas que no cumplen el principio de distinción de los combatientes.

A la Defensoría Nacional del Pueblo para que propicie un ambiente de diálogo entre las comunidades indígenas y el gobierno nacional para que se adelanten acuerdos que respeten la autonomía de los pueblos indígenas y sus territorios ancestrales.

Por último, hacemos un llamado a los medios de comunicación: RCN, CARACOL, El ESPECTADOR, EL TIEMPO, EL PAÍS, a que ejerzan una verdadera labor periodística que debe caracterizarse por su imparcialidad y ética a la hora de informar y que no atente al derecho fundamental a la información de todos las y los colombianos, ya que creemos que el cubrimiento que han hecho de este proceso condiciona la mirada de la opinión pública en contra de las comunidades. En este sentido, rechazamos radicalmente los hechos acaecidos la noche del 17 de julio de 2012 donde una multitud de personas convocada por la emisora de la Policía Nacional se concentró a las afueras de la sede del Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- ubicada en Popayán para insultarlos, señalarlos como guerrilleros y exigirles su retiro de la ciudad.

Instamos a toda la sociedad a que le exija al Estado colombiano en cabeza de Juan Manuel Santos que inicie un proceso de diálogo con las comunidades indígenas para darle una salida a la situación crítica del departamento del Cauca ya que los problemas estructurales de un país no se solucionan por la militarización de la vida civil.

Finalmente, invitamos a toda la comunidad nacional e internacional a solidarizarse con la lucha que adelantan las comunidades indígenas en Colombia a través de pronunciamientos de rechazo a la salida única y militarista que ofrece el Estado.

Organizaciones firmantes:

Central Unitaria de Trabajadores CUT –Seccional Valle del Cauca-

Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos –Seccional Valle del Cauca-

Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos –Seccional Valle del Cauca-

Proceso Nacional Identidad Estudiantil

Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado –Capítulo Valle-

Sindicato de Trabajadores de las Universidades de Colombia SINTRAUNICOL – Valle

Zona Pública –Colectivo de Comunicación alternativa y popular-

Coordinación Colombia - Europa  – Estados Unidos -Nodo Suroccidente-

Colectivo Memoria Viva

NOMADESC

Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia –Nodo Valle del Cauca-