DEL 5 AL 13 DE AGOSTO - 2019-
CONTEXTO:
El Chocó es uno de los treinta y dos departamentos de Colombia, localizado en el noroeste del país, en la región del Pacífico colombiano. Comprende las selvas del Darién y las cuencas de los ríos Atrato y San Juan. Su capital es la ciudad de Quibdó.
Es el único departamento de Colombia con costas en los océanos Pacífico y Atlántico. Es igualmente el único departamento limítrofe con Panamá. En ella se encuentra la ecorregión que probablemente tenga la mayor pluviosidad del planeta. A grandes líneas comprende la mitad del litoral nacional en el océano Pacífico. El río Atrato, uno de los ríos más caudalosos del mundo (con relación a su cuenca) y uno de los más importantes del país, cruza el departamento de sur a norte y desemboca en el Mar Caribe conformando una amplia red fluvial.
Los habitantes del Chocó son la mayoría afrocolombianos 75,68%, pueblos indígenas 11,9% , mestizos 7,42% y blancos 5,01%.
El Bajo Atrato:
La zona de El Bajo Atrato, toma su nombre porque es la parte final donde va a desembocar el río Atrato. (el norte del Chocó). Los municipios que componen el Bajo Atrato son: Acandí, Unguía, Riosucio, Belén de Bajirá y Carmen del Darién.
Las comunidades que vamos a recorrer en la Caravana corresponden al municipio de Riosucio y son comunidades que están viviendo un contexto de guerra muy fuerte, por los enfrentamientos entre los actores armados del conflicto, Ejército Nacional, paramilitares y guerrilla, lo que ha llevado a que estas comunidades afrodescendientes e indígenas se encuentren muchas confinadas, amenazadas y desplazadas. A esta dramática situación se le suma una pobreza propia de la Edad Media: sin luz, sin agua, sin salud, sin educación. Una región donde los grupos armados ilegales Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), Clan del Golfo y Nueva Regeneración, que es una escisión de ambas (paramilitares) mandan, con la connivencia de algunas autoridades civiles y militares. Un pedazo de país dejado a su suerte. Y lo más grave, sin duda, es que a la pobreza extrema, a la falta de institucionalidad e infraestructura para satisfacer las necesidades básicas de sus pobladores se suma hoy una disputa cruenta por el control del territorio del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los paramilitares.
Haciendo un poco de historia entre 1996 y 2004, el calendario está marcado con sangre en esta zona del país. Se cuentan por lo menos una docena de masacres y fueron los tiempos de mayor desplazamiento.
Durante el desplazamiento masivo de principios de 1997, por esa época, el Frente 57 de las FARC era el rector de buena parte de la vida de los veintiocho mil habitantes de entonces, hasta que los paramilitares, con la ayuda probada del Ejército Nacional, replegaron a los guerrilleros hacia zonas selváticas de Chocó.
No hubo casualidades en la alianza que permitió la toma de territorios y municipios en el Bajo Atrato. A las dos patas armadas, Fuerzas Militares y paramilitares, hay que sumar la empresarial, que no parece haberse beneficiado de forma accidental sino que aparece en la planificación y desarrollo de estas estrategias. El patrón de conducta del que hablan los jueces era para disputar el control territorial a la guerrilla de las FARC-EP, que hasta ese 1996 eran el estado paralelo en el municipio de Riosucio, pero que también consolidó un gran negocio para los paramilitares y sus aliados. Por una parte, con el control de inmenso negocio maderero y después, con la expansión territorial y la implantación del proyecto de palma africana, que avanzó en las cuencas del Cacarica, del Jiguamiandó y del Curbaradó con la inestimable colaboración y financiación de organizaciones como la cooperación estadounidense para el desarrollo (UASID) o de entidades del Estado a través del programa “Alianzas productivas para la paz”. El 93% del área sembrada de palma se encontraba dentro de los territorios colectivos adjudicados a las comunidades negras de esos Consejos Comunitarios.
La guerra paramilitar es indisoluble de la parapolítica y de la paraeconomía. No hubo nada casual. Veinte años después, con 13.000 peticiones de la Fiscalía de Justicia y Paz para que se investigue a empresarios y funcionarios, con relatos pormenorizados de cómo se orquestó el plan y cómo se realizó… no ha habido justicia.
La entrada paramilitar en el Bajo Atrato, antesala de la brutal guerra que ha convertido al Chocó en un departamento de víctimas (el 80% de su población aparece en el Registro Único de Víctimas), fue preparada de forma minuciosa en coordinación entre los paramilitares, el Ejército y la Policía Nacional.
https://colombiaplural.com/una-impunidad-confirma-complicidades/
Con los acuerdo de Paz con las FARC, la salida de estas de los territorios ha jalonado un reacomodo del ELN y los Gaitanistas , que se disputan el control del territorio.
En la cuenca de Río Sucio los cultivos de uso ilícito son pequeños, pero el interés de esta zona radica en que aquí están las rutas que utiliza el narco paramilitarismo para acceder al mar. También hay minera de oro artesanal y la importancia geoestratégica de esta zona por sacar ese oro por rutas que dan a puertos marítimos importantes.
Por lo anterior varias organizaciones de derechos humanos, Ongs y organizaciones internacionales, lanzamos esta iniciativa de La Caravana por la Vida, el territorio y la Dignidad en el Bajo Atrato.
Organizadores de La Caravana.
La Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia (RedHer), Proceso de Comunidades Negras (PCN) que hace parte de la Comisión Étnica y del Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA), Coordinador Nacional Agrario (CNA), Asociación Nacional de Desplazados Colombianos (ANDESCOL), Mesa Nacional de Víctimas de Organizaciones Sociales y Corporación DESCOLPAZ. (No está cerrado, se van a incorporar más organizaciones, está en construcción).
Objetivos de la Caravana:
Visibilizar y denunciar nacional e internacionalmente el accionar paramilitar en estas comunidades, y la situación de guerra en que viven.
Visibilizar la problemática de las rutas de las economías ilegales que ponen en riesgo la permanencia en el territorio de las comunidades indígenas y afrocolombianas.
Visibilizar y denunciar la situación de abandono estatal en que están inmersas estas comunidades.
Contribuir al fortalecimiento de iniciativas que permitan la defensa de la vida, los DDHH, y el territorio.
Apoyar el proceso de articulación entre organizaciones nacionales e internacionales.
Hacer durante el recorrido una misión médica, para paliar un poco la grave crisis en salud que viven estas comunidades, y recoger de manera profesional, las necesidades más urgentes que en tema de salud padecen los habitantes de esta zona.
Realizar un Informe final de Caravana que va a servir para recoger los insumos de esta por escrito, sistematizarlos y tener un documento base para nuestro trabajo tanto en lo nacional como en lo internacional.
Se va a hacer una estrategia comunicacional para a nivel nacional e internacional, sacar artículos de prensa, publicar en las redes sociales, y en programas de radio los resultados de la Caravana, lo que hemos visto y vivido.
El componente Artivista de la Caravana busca, a través de diferentes manifestaciones artísticas compartir con las comunidades y llevar alegría y compromiso.
Recorrido:
La Caravana empieza el día 5 de agosto en Medellín, donde se realizaran encuentros con organizaciones sociales, ONGs, ONU, defensoría, personería, para dar a conocer la Caravana y que estén pendientes de su recorrido y de sus resultados posteriormente.
De Medellín se sale hacia el Bajo Atrato y se hace un recorrido por las comunidades de las cuencas de los ríos Truandó y Chintado. Mientras dura el recorrido por estos ríos se instalará en el casco urbano de Río Sucio un Campamento Humanitario, donde se recogerán testimonios de las comunidades, se realizarán actos culturales y de memoria.
El día 13 se regresa a Medellín donde se hará una rueda de prensa dando a conocer los resultados de la Caravana.
PARTICIPANTES.
Internacionalistas de los diferentes países y procesos que hacen parte de la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia y de otros procesos hermanos.
Nacionales, compañeros y compañeras delegadxs regionales de procesos organizativos que hacer parte de REDHER, que por su experiencia organizativa y en defensa de los Derechos Humanos pueden aportar en los objetivos de la Caravana.
Organizaciones sociales y populares a cargo de ANDESCOL.
Una comisión permanente de organizaciones de la región.
Profesionales de la salud que van a realizar la Misión médica dentro de la Caravana.
Periodistas nacionales e internacionales que tienen la responsabilidad de realizar la estrategia comunicativa de la Caravana.
Artistas que mediante diferentes manifestaciones artísticas, compartirán sus conocimientos con las comunidades y aportar desde el arte, herramientas de resistencia y permanencia en el territorio.
Información y contacto:
facebook: red de hermandad redher
@RedRedher