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09/12/2014

Se desató un escándalo tras conocerse un plan de acción sicológica sobre la población para legitimar los proyectos mineros en Canadá, rechazados por la población al igual que en los países de América Latina. Resistencias en la cuna mundial del extractivismo minero energético.

Reclutar activistas para que defiendan el proyecto de oleoducto, pagar personas para que publiquen en su blog a nuestra favor, son unos de los elementos de un plan de estrategia mediática que ha sido producido por expertos de comunicación para la empresa de transporte petrolero Transcanada. El lunes 16 de noviembre se publicó en todos los periódicos de Canadá la estrategia mediática de la empresa que pretende pasar 700 km de oleoducto por la provincia de Quebec. A lo largo del recorrido del futuro Energy East varios grupos comunitarios, de productores agropecuarios, de la industria turística y comunidades indígenas se han opuesto al proyecto, mientras el gobierno promueve sus potenciales beneficios económicos.

De la guerra sicológica a la propaganda minero energética

Un documento de 100 paginas propone estrategias para conseguir apoyos y distraer a quienes se oponen a la iniciativa. Detalla con nombres y mapas los oponentes al proyecto y sugiere investigar el pasado judicial y la situación económica de personas y organizaciones que se oponen al oleoducto. Propone convencer a políticos y personas de influencia como profesores de universidades y científicos, entre otras estrategias.

Ese plan ha sido producido por la empresa Edelman, especializada en comunicación en situación de crisis que tiene clientes como Microsoft, Shell, Pepsi o Starbucks y oficinas en más de 40 países. Fue fundada en el 1952 por Daniel Edelman que se formó durante en la Segunda Guerra Mundial en el Departamento de Guerra Sicológica del ejército estadounidense.

Phillipe Cannon, vocero de TransCanada Corporation, expresó públicamente que no utilizaron todas las propuestas incluidas en ese plan. Pero varios elementos se han vuelto  realidad en los últimos meses, como la realización de eventos privados y cenas para políticos, o el financiamiento de investigación universitaria para generar opinión favorable. La empresa propuso financiar un proyecto del Instituto de Investigación del Mar de la Universidad de Quebec sobre los Belugas, un tipo de ballena que tiene su criadero natural en Cacouna -río San Lorenzo-, donde TransCanada pretende construir un puerto. Frente al escándalo, la universidad rechazó públicamente la propuesta. Además Cannon, el vocero de TansCanada, había trabajado como encargado de relaciones de prensa del Ministerio de Medio Ambiente. Esa práctica de puertas giratorias entre el sector extractivo y el gobierno ha sido cuestionada por diversos sectores.

El plan de propaganda de la empresa ha sido concebido para enfrentar una realidad: el aumento de las resistencias a los megaproyectos extractivos. Marchas estudiantiles, bloqueos de vías, marchas populares; no ha pasado una semana sin que haya una movilización en contra de un proyecto minero energético en algún lugar de Canadá.

Cuna del extractivismo mundial

Canadá es conocido en el mundo por sus empresas mineras. El 75 % de las empresas mineras en el mundo tienen sus casas matrices en este país del norte y están registradas en la bolsa de Toronto. Su historia esta ligada a la actividad minera que hasta hoy sigue siendo su prioridad económica tanto a dentro como a fuera de sus fronteras, como lo detalla el libro de Alain Denault “Paraíso bajo la tierra”. Con el desarrollo de nuevas tecnológicas de extracción de crudo pesado como las arenas bituminosas, su industria petrolera llegó al séptimo puesto mundial (y segundo productor de arenas bituminosas después de Arabia Saudita). Las arenas bituminosas tienen muy mala fama: dejaron como saldo 140.000 hectáreas en peligro de deforestación, contaminación de aguas y una tasa de cáncer en constante aumento en las comunidades cercanas.

Ante la crisis económica del 2008, muchos inversionistas volvieron a inversiones menos volátiles que los productos financieros responsables de las caídas de valor en la bolsa (como comprar deudas) y quisieron invertir en cosas más concretas como oro, minerales y petróleo. Los precios del mercado hicieron rentables las costosas explotaciones de arenas bituminosas (petróleo extra pesado de alto costo de producción) y la construcción de puertos y oleoductos a lo largo y ancho del territorio canadiense.

Triunfos de la resistencia

El mismo día del escándalo del plan estratégico de TransCanada, el senado estadounidense rechazó el proyecto de oleoducto de Keystone de la misma empresa que deberá sacar el petroleo de las arenas bituminosas hacia el sur. Los proyectos extractivos han generado dudas sobre sus beneficios económicos además de los ambientales y sociales en todo el mundo. Los sectores sociales que resisten el avance extractivo, a pesar de sus pocos recursos para competir contra las estrategias comunicacionales de las empresas, han logrado crecer y poner la cuestión del  modelo minero energético en el centro de las agendas de los movimientos sociales.

Movimientos estudiantiles, comunitarios y sindicales se sumaron en los últimos años a las luchas indígenas que siempre lideraron la oposición al modelo extractivista. En medio del escándalo de la estrategia mediática de TransCanada, Gabriel Nadea-Dubois, un ex líder estudiantil, difundió una página web para recaudar 25.000 dólares en donaciones para financiar las campañas contra el oleoducto; en 15 días recogieron 400.000 dólares, una situación sin precedentes que ilustra el nivel de rechazo que han generado estos proyectos.

Edelman y TransCanada anunciaron la ruptura de su contrato, y el gobierno de Quebec rechazó el proyecto de puertos en el río San Lorenzo después que el Beluga fuera añadido a la lista de especies en vía de extinción, queda pendiente el acuerdo sobre los 700 km de oleoducto.

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Colombia Informa - PASC