La fabricación de baterías para vehículos eléctricos requiere una serie de metales que, entre otras cosas, permiten almacenar electricidad. ParaJK finales de la década se espera fabricar entre 25 y 40 millones de vehículos eléctricos, si incluimos la industria china y Tesla. Actualmente sólo hay níquel suficiente para fabricar unos 13 millones de esos vehículos. Así que las minas actuales no podrán satisfacer la futura demanda.
Los 4 metales principales que se utilizan en las baterías eléctricas son el litio, el níquel, el cobalto y el grafito, y se calcula que de aquí a 2035 tendrán que abrirse en todo el mundo más de 380 nuevas minas de grafito, litio, níquel y cobalto para satisfacer la demanda creciente de vehículos eléctricos. También existe una nueva generación de baterías, que utilizan litio, hierro y fosfato en su lugar.
Normalmente, una mina tarda unos quince años en entrar en funcionamiento. Uno de los factores que suelen retrasar los proyectos es la financiación. Pero está surgiendo un nuevo fenómeno: los fabricantes de automóviles con problemas de suministro para fabricar sus baterías eléctricas están empezando a financiar directamente proyectos de extracción de minerales críticos. Algunos de ellos están comprando minas para asegurarse el suministro durante los próximos 8, 10 o 15 años.
El extractivismo y la industria de las baterías en « Quebec » y « Canadá »
Los gobiernos de los llamados « Quebec » y « Canadá » están pisando el acelerador con miles de millones de dólares para posicionarse en la industria de las baterías para automóviles. « Canadá » tiene un enorme potencial en este ámbito, sobre todo para proyectos de extracción de metales estratégicos. Se están explotando numerosas minas de litio en todo el país, y en la región del Anillo de Fuego del norte de Ontario, en territorio de comunidades indígenas, se encuentran importantes yacimientos de minerales críticos.
En el conjunto de « Quebec », el número de concesiones mineras ha aumentado un 65% en dos años. En febrero del 2023, había 302.564 solicitudes activas que cubrían más de 16 millones de hectáreas. Aunque todavía hay pocos proyectos de extracción de minerales críticos, cabe esperar que aumenten considerablemente en la próxima década. En la actualidad, la provincia de « Quebec » sólo cuenta con una mina de litio en funcionamiento: la mina Sayona de La Corne, en una región llamada Abitibi-Témiscamingue. Sin embargo, la empresa invirtió más de 60 millones de dólares para relanzar la producción en marzo del año pasado, y otros proyectos se están desarrollando. En Quebec sólo hay una mina de grafito, en Lac-des-Îles (Hautre-Laurentides), pero la producción va a aumentar. Se están desarrollando varios proyectos, entre ellos el de grafito Nouveau Monde, que se acerca a la producción comercial. La empresa tiene previsto desarrollar la mina de Matawinie en Saint-Michel-des-Saints, Lanaudière, en el territorio de lxs Atikamekw-Nehirowisiw. Su objetivo es producir 100.000 toneladas de grafito al año. Otras cuatro empresas estudian proyectos de extracción de grafito en Quebec. Por último, en la región de Saguenay-Lac-Saint-Jean, First Phosphate afirma que el territorio de 1.500 km2 sobre el que tiene un arrendamiento minero contiene el fosfato más puro del mundo y tiene un gran potencial de desarrollo.
En cuanto a plantas de fabricación de baterías eléctricas, actualmente hay actualmente 3 proyectos en el país: las plantas de Stellantis y LG en Windsor, Ontario; la planta de Volkswagen en St. Thomas, Ontario; y la planta de Northvolt en McMasterville, Quebec. A pesar de esos proyectos, todavía hay escasez de minerales críticos en Canadá para satisfacer la futura demanda de estas grandes plantas de baterías.
Un documento del gobierno federal canadiense resultante de la reunión de un comité sobre «crecimiento limpio» afirma que «el ritmo de apertura de nuevas minas de metales para baterías debe quintuplicarse de aquí a 2035 para apoyar plenamente la producción nacional de baterías». Pero varios analistas consideran este objetivo poco realista y cuestionan la capacidad real de abrir tantas minas en tan poco tiempo. Y aunque se abrieran 15 nuevas minas de minerales estratégicos en los próximos 10 años, ¿cómo van a alimentarse estas fábricas mientras tanto? Tendrán que importar las materias primas que necesitan para producir baterías. Una vez más, las consecuencias de estos proyectos extractivos las sufrirán las poblaciones del Sur Global.
Impactos en el Sur y responsabilidad de « Canadá »
Mientras afirman formar parte de la transición energética con sus proyectos de extracción de minerales críticos, las empresas mineras siguen apropiándose de los territorios, destruyendo en el proceso los medios de subsistencia de las personas que viven en regiones que a menudo se encuentran entre las más pobres del mundo.
Las atrocidades asociadas a la minería en la República Democrática del Congo son sólo algunos ejemplos. Este país es responsable del 70% del suministro mundial de cobalto, y los informes sobre estas minas son espeluznantes: explotación de unos 40.000 niños, violaciones, asesinatos, desalojos, etc. En la isla indonesia de Sulawesi está prevista la apertura de decenas de nuevas minas y fundiciones de níquel. Los planes incluyen el vertido de residuos mineros en el océano, amenazando el sustento de los pescadores. Y por si fuera poco, para salvarnos del cambio climático (sic), las empresas mineras quieren explotar los fondos marinos, incluidos los del Pacífico. En América Latina, sobre todo en Guatemala y Colombia, por citar sólo dos países, continúa la represión de los opositores a los proyectos mineros, con masacres, asesinatos selectivos, desplazamientos forzosos de poblaciones, apropiación de territorios y destrucción del medio ambiente.
En este sombrío contexto, no debemos olvidar que más del 60% de las empresas mineras del mundo tienen su sede en Canadá. Por ello, la mayoría de las denuncias se refieren a proyectos mineros de empresas canadienses. El carácter sistemático de los crímenes cometidos por las empresas mineras canadienses en el extranjero está bien documentado.
Colombia: nuevo Plan Nacional de Desarrollo centrado en los minerales críticos
Se dice que Colombia tiene las décimas mayores reservas de níquel del mundo. El actual gobierno de Gustavo Petro, comprometido con la «transición energética», ha elaborado un Plan Nacional de Desarrollo. El plan establece que la nueva política minera se centrará en «la exploración, extracción y comercialización de minerales estratégicos como el cobre, el níquel, el cobalto y el litio». En el marco de esta política, el gobierno colombiano quiere crear 30 nuevas zonas de exploración y explotación minera en todo el país.
Actualmente sólo hay una mina de níquel en Colombia: la mina de Cerro Matoso, en la provincia de Córdoba. Se dice que es una de las mayores minas de ferroníquel a cielo abierto del mundo. Varios miembros de comunidades locales, activistas y periodistas independientes han denunciado los impactos de esta mina sobre la naturaleza y las poblaciones que viven a sus alrededores. Cerro Matoso ocupa más de 85 hectáreas en el territorio de una reserva indígena, y cerca de esta mina se encuentran varias aldeas, una de ellas a sólo 750 metros de la mina.
La presencia de la mina provoca una gran contaminación atmosférica y libera gases que contienen sustancias cancerígenas. La población de estas aldeas y los trabajadores de la mina sufren problemas de salud como consecuencia de ello, y hay procedimientos judiciales abiertos contra la mina. También se ha denunciado que la mina de Cerro Matoso estuvo pagando Clan del Golfo (cártel de la droga) para que opere, y que los paramilitares amenazan y asesinan a quienes protestan contra la mina.
El presidente de la mina tiene previsto explorar proyectos de extracción de níquel en al menos otros 3 departamentos: Antioquia, Nariño y el sur del Cauca.
¿Más minas para salir de la crisis ecológica?
Los abusos vinculados a la construcción de proyectos mineros en todo el mundo durante las últimas décadas están bien documentados: desastres medioambientales y sociales y violaciones de los derechos humanos figuran casi invariablemente en el menú. Hoy, las empresas mineras - la mayoría de las cuales tienen su sede en Canadá - renuevan su retórica y maquillan de verde sus actividades. Una vez más, los capitalistas han puesto en práctica su viejo adagio «nunca dejes que una buena crisis se desperdicie»: han encontrado la forma de aprovechar la crisis climática para enriquecerse. Su solución: ¡explotar más minas!
La llamada « transición energética » no puede basarse en gran medida en sustituir el creciente parque automovilístico por coches eléctricos. Más coches eléctricos significa más minas, lo que inevitablemente provocará más deforestación, contaminación, violaciones de los derechos territoriales y violencia contra los pueblos que resisten a estos proyectos. En los llamados Quebec y Canadá, el plan para la «transición energética» no es diferente: es esencialmente un plan para desarrollar la minería e instalar fábricas de baterías. Es un plan que permitirá a los futuros gobiernos y a las empresas ávidas de beneficios seguir destruyendo ecosistemas y apropiándose de tierras, principalmente en territorio indígena.
Ya sea aquí o en cualquier otra parte del mundo, resolver la crisis medioambiental con más extracción colonial es una aberración. Porque nos enfrentamos a mucho más que la mera crisis climática: nos enfrentamos a una crisis ecológica y humana sin precedentes si no cambiamos nuestro modelo económico y nuestra relación a la tierra.
Referencias
Aumentar el extractivismo minero para satisfacer la demanda de VE
https://ici.radio-canada.ca/nouvelle/1919007/mineraux-cobalt-nickel-lithium-batteries (2022)
https://ici.radio-canada.ca/nouvelle/1990316/projets-miniers-quebec-titres-miniers (2023)
Repercusiones en distintos países del mundo
https://miningwatch.ca/fr/node/10834
Posible fiebre por los minerales críticos en Colombia.
https://www.geopoliticalmonitor.com/colombias-nickel-reserves-a-blessing-and-curse/