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28/10/2011

Hace ya algunos siglos, rondaban los años de crisis de un imperio en guerra, a finales del siglo XV (el parecido con la actualidad no es coincidencia) fue conquistada América y con esto la salvación del imperio, la ruina y la devastación de los pueblos indígenas americanos, sin contar la transformación acelerada del hábitat circundante. En Colombia, de aproximadamente 1300 familias lingüísticas indígenas hoy en día solo subsisten 86, otros estudios dicen que menos de 50.

La Constitución de 1886, vigente hasta 1991, designaba a los indígenas como "seres incipientes". Solo hasta ese año de 1991, año de la renombrada nueva Constitución Política de Colombia, los indígenas en Colombia, así mismo como su territorio, lograron tras una lucha política ejemplar y digna (incluyendo una huelga de hambre del Mayor Anatolio Quirá) algún reconocimiento y derechos que por constitución se deberían hacer respetar desde el Estado colombiano: los indígenas dejaban de ser sujetos de caridad misionera por lo menos en la letra muerta de la Carta Magna; hoy en día vemos que nada hay más alejado de la realidad que el reconocimiento de sus derechos, culturas y  territorios ancestrales siguen siendo esquilmados, despreciados y vilmente explotados.

Luego de que los más sabios entre los Hermanos Mayores, los Mamos de la Sierra Nevada, cometieran la equivocación de confiar en Juan Manuel Santos al ungirlo Presidente y entregarle un bastón de mando el día de su posesión, fiel al único mandato que respeta, el lucro privado, Santos entregó por dinero el territorio sagrado para la construcción de un hotel. La coordinadora del grupo de consulta previa del Ministerio del Interior, le expidió al grupo DAABON (Familias Dávila y Solano), socio comercial en Colombia de la multinacional norteamericana de ecoturismo SixSenses, un documento oficial (http://bit.ly/mT9oNv) asegurando que en el Parque Nacional Natural PNN Tayrona no hay indígenas Tayronas. Esto significa la cuota inicial de un proyecto que prendió las alarmas de los colombianos, la construcción de un hotel 7 estrellas en el PNN Tayrona (http://bit.ly/oSLmTK , http://bit.ly/pRwINN) un megaproyecto destructivo, irrespetuoso e insultante para lo más preciado de nuestra cultura ancestral. Es el equivalente de levantar un hotel sobre las ruinas de la Acrópolis en Grecia.

La adjudicación de este megaproyecto turístico al grupo familiar DAABON, es un claro ejemplo de plutocracia y favorecimiento político desmedido. Además del escándalo AIS (el grupo DAABON recibió aproximadamente 5 mil millones de pesos), este grupo familiar ha tenido serias implicaciones con grupos paramilitares y ejerce negocios turbios como la nueva Marina de Santa Marta. El gobierno de Juan Manuel Santos en un acto perverso de cobardía, autoritarismo y obedeciendo el mandato de enriquecer a unos pocos, le iba a adjudicar al grupo DAABON y a su socia multinacional norteamericana Six Senses, el proyecto de un hotel que se plantea como una burbuja llena de lujos y comodidades, cuando con los mismos recursos podría abrirse la posibilidad para que, de manera sostenible, muchos más pudieran visitar el parque y brindarle a los indígenas Tayronas la posibilidad de conservar su territorio ancestral (http://bit.ly/pnHMsz) y dar lecciones de humanidad y sabiduría sin par en tiempos en que un mundo en crisis requiere de su ejemplo para supervivir.

La resistencia indígena y popular, las denuncias de diversos sectores, la citación a una audiencia en el Congreso al Ministro del Ambiente Frank Pearl y el rechazo internacional, al parecer han logrado, por lo menos en la retórica, que el Ministro Frank Pearl anuncie que no se llevará a cabo el proyecto hotelero. Ver para creer. Ya bastante experiencia tienen los pueblos indígenas con promesas de papel y discurso que luego terminan en masacres, desplazamientos, reformas legales, decretos y despojo.

Mientras esto sucede en el Tayrona, en las montañas y selvas del sur del país, el pueblo Awá organizado en cuatro cabildos que constituyen la gran familia Awá, GFA, la Federación de Centros Awá del Ecuador- FCAE, la Asociación Indígena del Pueblo Awá del Putumayo - ACIPAP, el Cabildo Mayor Awá de Ricaurte - CAMAWARI y la Unidad Indígena del Pueblo Awá - UNIPA, siendo este último coordinador de todos los cabildos, requiere de nuestra solidaridad para hacer pública su dificil situación.

En el 2009 los Awá estaban construyendo el Plan de Salvaguardia Étnica por orden de la Corte Constitucional según auto 004 de Enero 26 de 2009, pero los grupos armados legales (fuerza pública) e ilegales empezaron a ejercer presión, violentando su territorio como ruta del narcotráfico e incluso con masacres como la cometida por guerrilleros donde murieron 17 pobladores Awá, mujeres y niños, generando un desplazamiento forzado en la zona, seguido de otra masacre cometida por el ejército. Hechos que suceden y anteceden un círculo vicioso de terror por parte de todos los actores armados  cuyo propósito y resultado es, en última instancia, despojarlos de sus territorios para beneficiar proyectos extractivos, vías de la IIRSA e inversiones de transnacionales(http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/9850)

Por si fuera poco compañías mineras colombianas así como también multinacionales (seguramente bajo el liderazgo y complicidad de las canadienses) interesadas en explotar el oro y otros minerales de la región, han empezado la explotación extractiva sin consultar ni respetar a las comunidades Awá asentadas en la zona fronteriza entre Colombia y Ecuador, en el Gran Territorio ancestral Awá. El pueblo Awá al ver el incumplimiento del auto 004 de la Corte Constitucional, denuncia ante el Ministerio del Interior estos hechos, para que defienda los "lineamientos Awá", 16 propuestas y planteamientos construidos en consulta con hombres, mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas en el vasto territorio de este pueblo. Un ejemplar proceso de consulta en la que se recoge la palabra sabia de los Hermanos Mayores.

Ante este conflicto, el gobierno asumió la posición de defender jurídica y políticamente a la minera, que había acordado con las autoridades mayores del Pueblo Awá, en reunión abierta, salir del territorio por violar el derecho y obligación a la consulta previa con la comunidad. Ingeominas, en vez de reconocer este mandato comunitario y constitucional, ignorando la existencia de este pueblo, de la misma manera en que el gobierno Santos ignoró la existencia de los pueblos de la Sierra Nevada, les concedió el derecho a la explotación. Luego de esto, el gobierno, en una pantomima vergonzosa, envía funcionarios a que "dialoguen con los Awá, estos se burlan y le niegan validez a los "lineamientos" fruto de la Consulta, amenazan, intimidan, se niegan a escuchar y, ante la exigencia de que salgan todos los actores armados del territorio (basada en el artículo 30 de la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas) en tono amenazante, responden que la exigencia de sacar el ejército de territorio indígena equivale a la complicidad de los Awá con terroristas y actores armados ilegales, lo que los convierte en objetivo militar por querer sacar la guerra de su territorio.  El Gobierno, en vez de defender a las comunidades y obedecer la Constitución, defiende a los terroristas y despojadores, rechazó los lineamientos del Pueblo Awá y demuestra que la guerra, venga de donde venga, sirve a los propósitos de despojo y acumulación del Capital transnacional, a los que sirve el Estado Colombiano.

Los representantes del Gobierno han mantenido en los "diálogos", una actitud amenazante y arrogante, provocando la ruptura del "diálogo", seguramente en el propósito mediático de responsabilizar a los Awá de intransigencia. La misma actitud que utilizara el entonces Ministro de Defensa Juan Manuel Santos cuando, tras la masacre de los Awá por las FARC, pretendía aprovechar el terror para ocupar militarmente el territorio. Ante el rechazo del ejército (y de las FARC) por parte de las víctimas, Santos los acusó de colaborar con terroristas. Por ello los los Awá consideran que este juego que enmascaran como "diálogo", es una trampa para quitarles el territorio, legitimar y justificar los permisos de explotación minera y ocupar militarmente el territorio para despojarlos.

Como respuesta a esta situación el pueblo Awá exige al gobierno atender los siguientes tres puntos:


1. De acuerdo al Auto 004 ordenado por la Corte Constitucional y a la declaración de derechos de los pueblos indígenas, el Gobierno nacional debe interlocutar y actuar en defensa de los indígenas. El pueblo Awá está abierto al diálogo y para eso presenta el mandato colectivo en los lineamientos que rechaza el Gobierno (http://awaunipa.org/ ).

2. No seguir involucrando a los pueblos indígenas en el conflicto. Lo que viola el artículo 30 de la Declaración de Pueblos Indígenas de la ONU. En lugar de esto, debe fortalecer y proteger a la guardia indígena y no violar la jurisdicción propia de su territorio.


3. La pantomima de consulta previa que el gobierno que el gobierno ha intentado imponer, no escuchó las peticiones y opiniones del pueblo Awá y en cambio impuso los intereses de las mineras transnacionales y privadas. Mientras el Gobierno no reconozca el mandato recogido en los "Lineamientos" del pueblo Awá y les apoye en el proceso que requieran para actualizarlo con las comunidades, de hecho, se niega a dialogar con los Awá, rechaza e ignora el Mandato indígena, ignora la Consulta previa y actúa a favor de quienes pretenden cometer un etnocidio para acumular lucro.


Al igual que en la Sierra Nevada donde se piensa construir el Hotel 7 estrellas de Six Senses en territorio sagrado, en territorio Awá, el Gobierno niega la presencia y existencia de los indígenas para entregar las riquezas a intereses económicos.  Mientras no se promueva y respeten los lineamientos y acuerdos fruto de las consultas con las comunidades, el gobierno será agente del despojo al servicio de intereses económicos y en contra del pueblo indígena y colombiano.

Lo que sucede en las tierras sagradas de los Mamos y de las autoridades Awá, sucede en todo el territorio nacional contra los pueblos indígenas. Juan Manuel Santos pretende arrasar con sus locomotoras de la acumulación, la vida, la sabiduría y los territorios de nuestros Hermanos Mayores. Si a los pueblos indígenas los despojan y destruyen, los caminos del saber que requerimos para defender la vida, serán eliminados. No es un problema de los indígenas. Es de todas y todos los que defendemos la vida y reconocemos su sabiduría despreciada.

Atentamente

Polomosca
Frankfurt, Alemania

Carta abierta de solidaridad y denuncia
"Indígenas somos todos
"

Author
Polomosca