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08/02/2007

Mucho se viene hablando desde hace unos años en nuestro país, acerca del agronegocio de la palma africana o palma aceitera. El protagonismo de este tema, no es exclusivo de Colombia, sino que el mismo gasta ríos de tinta y horas de debate en todo el mundo. Cabría por lo tanto preguntarse en primer lugar, a que se debe esta explosión en la centralidad e importancia de este tema.

 

La palma aceitera hasta ahora era simplemente una materia prima digamos de segundo orden. Su producción respondía a una demanda estable de productos alimenticios y cosméticos, que emplean los diferentes aceites extraídos de esta planta. Lo que explicaría la explosión en el debate sobre el cultivo, y sobre todo la expansión tan acelerada que el mismo está viviendo en todo el mundo, no puede ser otra causa que la de la aparición de una nueva demanda, uso o aprovechamiento de los aceites de esta planta, que hasta el momento no se contemplaba en el comercio mundial. Y no se trata de cualquier uso de tipo marginal, sino que se trata ni más ni menos que de la incursión del aceite de palma en el estratégico mercado de los combustibles.

 

En todo el mundo ya se habla del cercano fin de “la era del petróleo”. Las estimaciones en torno a la fecha hasta la cual vamos a poder disponer del oro negro, difieren unas de otras. De todas maneras, la situación económica mundial, da signos inequívocos de que nos encaminamos efectivamente al momento en que el petróleo dejará de ser el recurso energético básico en el planeta. Las explotaciones del oro negro, por su agotamiento gradual, resultan cada vez más costosas para obtener menor cantidad de petróleo. Por lo tanto se está extrayendo menos petróleo cada vez más caro, y así hasta que ya no resulte rentable seguir obteniendo petróleo “marginal”, así no se acabe hasta la última gota bajo el subsuelo. El temido día para el mundo “desarrollado” será lo que se ha denominado el “peak oil”, o momento en que las reservas mundiales de petróleo ya no se puedan mantener. Y eso a pesar de la buena voluntad que tengan los países productores de seguir produciendo para abastecer una creciente demanda de combustible. Si ya la tendencia en el precio del petróleo es de continúo crecimiento, después del “peak oil” lo será mucho mas. 1

 

Los países crudo-dependientes, esencialmente Estados Unidos y Europa, no están dispuestos a modificar sus patrones de consumo energético, así el derroche de energía sea lo más significativo de dicho modelo. Por eso se estimula bajo el discurso ecológico, el consumo de biocombustibles. Las empresas privadas petroleras y las políticas públicas se confunden en discursos que combinan la decisión de enfrentar el calentamiento global con nuevos bio combustibles, se definen cuotas y estímulos de investigación, producción y consumo.

 

La búsqueda de alternativas

 

En la búsqueda de energías alternativas que puedan sustituir al petróleo, de nuevo, los únicos criterios tenidos en cuenta, son de tipo económico, de rentabilidad y de ganancias de corto y mediano plazo. Si bien, se trata de disfrazar el cambio de base energética que se avecina en el planeta por la crisis petrolera, por lo que el discurso institucional y privado comprende un tinte marcadamente medioambiental.

 

Todas las formas de energías alternativas que se vislumbran en el horizonte, chocan con marcados límites ya sean de tipo económico, ambiental, de capacidad de producción, de posibilidad de cubrir la demanda existente de combustibles, etc. 2

 

Nos encontramos con una coyuntura económica mundial similar a las crisis petrolíferas que se vivieron en los años 70 y 80, en cuanto a que la escasez de crudo que llega al mercado, es lo que está determinando una fuerte subida de precios en el petróleo y todos sus derivados. Sin embargo, si bien en aquellas crisis las razones de la reducción en la oferta de petróleo eran de carácter político (los conflictos en Oriente Medio y la guerra Irán- Irak), la situación de hoy, si bien tiene los mismos efectos, es debida a una razón totalmente distinta y física: el petróleo que se ha ido formando en el subsuelo del planeta lentamente a lo largo de millones de años, está tocando fondo. Aunque se está agotando, la crisis no se manifiesta a profundidad por la existencia de fuentes de mantenimiento en la actualidad y reservas que proveen la materia prima por otro tiempo logrando satisfacer el consumo.

 

En paralelo a este cambio de base energética en exploración creciente, la conciencia medioambiental crece en todo el mundo, ante las alarmas que ya se están prendiendo en torno al calentamiento global, el agujero en la capa de ozono y otros elementos que, ocasionados por los gases producidos por la combustión de los carburantes fósiles derivados del petróleo, están empezando desde ya a producir perjuicios irreparables a la vida en todo el planeta. La conciencia ecológica de que de seguir el actual modelo de consumo energético, el futuro de la humanidad y del planeta va a ser desastroso a no muy largo plazo, cobra también mucha fuerza como elemento a tener en cuenta a la hora de buscar los nuevos combustibles.

 

Desde ya la Unión Europea y Estados Unidos están preparando este cambio de modelo energético. Ambos bloques económicos argumentan en sus respectivas disposiciones legales de preparación a este cambio energético3, que buscan ante todo reducir su dependencia del petróleo, y buscar combustibles “ecológicos” o poco contaminantes, para poder cumplir con las metas planteadas en el protocolo de Kyoto en cuanto a la obligación que los diferentes países asumen de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

 

En este contexto, aparecen los biocombustibles en una gama amplia de posibilidades en un futuro: sintéticos, gaseosos, hidrógenos, etc. En la actualidad tan solo están disponibles dos tipos de biocombustibles: el bioetanol, que en Colombia también se llama alcohol carburante y que procede de semillas azucaradas o cereales, tales como la caña de azúcar, la yuca, la remolacha, el maíz, soja. Y el biodiesel, que procede de semillas oleaginosas, tales como la palma aceitera, el girasol, la colza o incluso producido por el reciclaje de aceite de cocina usado o grasas animales.

 

Los biocombustibles tienen el mismo origen que el petróleo: la biomasa. Su cambio fundamental en relación con el oro negro son las lentas reacciones químicas que tienen lugar a lo largo de millones de años en el subsuelo. Los biocombustibles se llevan a cabo de forma rápida en plantas que transforman la materia prima azucarada u oleaginosa, en combustible. La primera gran ventaja que se presenta para los países gran-consumidores de energía es, que el cambio de un combustible a otro (de petróleo a biocombustibles), no va a exigir grandes inversiones.

 

“Venta” de bondades

 

Constatando que el mayor consumo energético en el mundo y a la vez el más contaminante es el del combustible usado en el sector transporte (carros, aviones, barcos, etc.), y de que a la vez, este sector es el que resulta totalmente dependiente del petróleo, por el diseño de los motores existentes, resulta que la aparición de los biocombustibles se podrá publicitar ante los potenciales consumidores sobre todo de los países “desarrollados”, como la panacea que traerá todos los beneficios en coincidencia con la creciente conciencia ecológica de la comunidad internacional.

 

Entonces los biocombustibles se presentarán no solo como una fuente energética renovable y por tanto no perecedera, a diferencia del petróleo, pues su materia prima la da la tierra, como da cualquier otro alimento, sino que además, se dirá que emiten menos gases de efecto invernadero que el combustible fósil, contribuyendo así a ir resolviendo los graves problemas ambientales que tiene el planeta.

 

Que son renovables es cierto, pero lo que no se dirá nunca es que acarrearán el problema de la competencia en el uso de la tierra entre producir alimentos o producir materias primas para combustibles. No se dirá que la provisión de la palma será en los países del “Sur”, en donde la crisis del hambre y la miseria aumentarán. Algunas organizaciones ambientalistas ya han destacado, que para sustituir totalmente la demanda actual de petróleo en el mundo por biocombustibles, se necesitaría sembrar el equivalente a tres planetas Tierra4 de semillas para obtener los biocombustibles. Y por supuesto, dejar de producir por tanto alimentos.

 

Que benefician a la humanidad es cierto, cuando por humanidad comprendemos en estricto sentido en lógica de consumo, a unas pocas franjas de población que consumen el 80 % de los recursos naturales en el mundo, destruyendo como sucede en Malasia, en Colombia y Ecuador no solo Territorios con especificidades en biodiversidad y ecosistemas, sino identidades culturales, de pueblos originarios, comunidades afrodescendientes, y campesinos a quiénes se niega su supervivencia, su sobrevivencia y su existencia.

 

Que contribuyen a frenar el calentamiento global del planeta, es el argumento más fuertemente publicitado en los países altamente consumidores de energía, Estados Unidos y Europa. Se vende la idea de que, el CO2 que va a la atmósfera con el uso del biocombustible, es a la vez recogido por las plantas que constituyen la materia prima para elaborar dicho biocombustible a través de la fotosíntesis, con lo que el efecto neto del proceso “siembra de la semilla hasta combustión del biocombustible”, es de menor CO2 en la atmósfera, que cuando el combustible es fósil.

 

Esto es lo que también el Protocolo de Kyoto ha llamado los “sumideros de carbono”, como argucia inventada para que los países que mas emisiones envían a la atmósfera de CO2, puedan evadir su responsabilidad de tener que reducir dichas emisiones, tan solo con entrar en el llamado “mercado del carbono”, según el cual, un país gran emisor de gases de efecto invernadero, puede invertir en sembrar plantas que capturen sus excesos de emisiones en otros países. Tampoco desde esta lógica, se pueden justificar los biocombustibles, pues si de verdad la preocupación fuera el calentamiento global del planeta, el pago por “sumideros de carbono” que retengan el CO2, debería consistir en promocionar e incentivar la conservación de las selvas, bosques y cualesquiera ecosistemas de los países tropicales, pues son estos los verdaderos fijadores de carbono al suelo. Y el respeto y reconocimiento en esta labor de conservación a los pueblos nativos de los territorios, que son los que por miles de años han conservado estos ricos ecosistemas.

 

Se ve claro, sin embargo, que el tema o la justificación medioambiental para la promoción de los biocombustibles, es mera pantalla, dirigida sobre todo a la franja de público que a la lógica del mercado le interesa: los consumidores de los países del “Norte”. En realidad, aunque se argumenten otras muchas cosas, lo que le interesa al modelo energético actual y a los fuertes poderes económicos que lo sustentan, es que la transición post petróleo, sea lo menos traumática posible para ellos, lo que traducido quiere decir, que les suponga los menores costes posibles, y que no haga peligrar la hegemonía de quien hoy detenta el poder en este estratégico sector de lo energético. Es por todo esto, que el salto a los biocombustibles es lo ideal desde este punto de vista: con los biocombustibles no hay que cambiar los motores usados en el transporte en la actualidad, ni tampoco la infraestructura de distribución. Todo será igual para el consumidor final. El cambio lo van a notar los pueblos a los que les va a tocar sacrificar sus tierras, vidas y culturas, para que la franja de población consumidora de combustibles en el sector transporte en los países del “Norte”, puedan seguir devorando energía, sin ningún cargo de conciencia.

 

George Monbiot 5señala que el biodiesel de palma africana resulta ser contribuyente neto al empeoramiento del calentamiento global del planeta, pues la destrucción de selvas tropicales que está conllevando en todo el mundo este cultivo, y el hecho de tener que drenar las fuentes de agua que se encuentran en el terreno donde el mismo se va a llevar a cabo, provoca la liberación a la atmósfera de todo el dióxido de carbono que antes retenía la selva o el bosque húmedo tropical al que este cultivo viene a sustituir. Así como la oxidación de la tierra al ser desecada, genera aún más cantidad de dióxido de carbono que va a la atmósfera. Ante esto, decir que el biodiesel de palma genera menos dióxido de carbono que el diesel fósil resulta anecdótico, falso y mentiroso.

 

Lo cierto es que de las materias primas de las que se pueden generar biocombustibles, algunas son propias de países tropicales y solo en ellos se dan, como la caña de azúcar o la palma africana, y otras se pueden dar tanto en los países tropicales como en los países de climas templados, tales como la colza, el girasol, el maíz, la remolacha, etc.

 

El rostro destructor de los biocombustibles

 

La imposibilidad de poder producir en sus propios territorios la totalidad de biocombustibles que necesitarían para atender su demanda interna6, así como el hecho de que arriesgarían su seguridad alimentaria (considerada por el propio Bush como un asunto de seguridad nacional) y la supervivencia de sus ecosistemas, lleva de forma inevitable a los países “desarrollados” a trasladar la producción de estos biocombustibles (o mas bien la siembra de las materias primas necesarias para ello), a los países tropicales. 7

 

Y en concreto, en términos puramente economicistas, se piensa más específicamente en la palma como materia prima básica, dado su menor coste y mayor productividad que la de cualquier otro aceite vegetal8. Ninguna otra consideración en relación a este cultivo es tenida en cuenta. Ya hemos llegado entonces a la explicación del porque de la expansión tan enorme que el cultivo de palma africana o aceitera está teniendo en todos los países tropicales.

 

En definitiva, lo que está en juego en las decisiones de los grandes estrategas y poderes económicos a nivel mundial, es el binomio seguridad energética- seguridad alimentaria. Y la única manera de no renunciar a ninguna de las dos, es hacer que otros países nos complementen nuestras carencias. De ninguna manera se plantea la reducción en el consumo de combustibles, como la única solución realmente factible para la continuidad de la vida en el planeta.

 

Desde esta consideración, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional intervendrán como es costumbre, para presionar y seducir a los países tropicales para adoptar las políticas necesarias para que estas necesidades de los países desarrollados se satisfagan, con las menores trabas posibles. De hecho, estas Instituciones Financieras Internacionales, promueven la siembra de la palma africana en los países tropicales, muchas veces como parte de los Programas de Ajuste Estructural que imponen, para enfocar la producción de aceite exclusivamente en la exportación para obtener divisas con las que poder afrontar el pago de la deuda externa (eterna e inmoral)9. Acabar así con el pequeño campesinado en todo el mundo. Convertir la agricultura en agronegocios en manos de grandes empresas agroindustriales, como las que resultan ser fuertemente subsidiadas en Estados Unidos.

 

Las políticas públicas de gobiernos como el de Uribe Vélez, conllevan el fomento de los biocombustibles 10previa transformación de las relaciones seres humanos y ambiente –descampenización-, modificación y o destrucción ambiental – crímenes ecológicos-. No en vano, como el propio ministro de agricultura, Andrés Felipe Arias reconocía, la palma africana será uno de los sectores mas beneficiados en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos,11 ahora aplazado por la mayoritaria presencia de los demócratas en el senado de ese país. Parece por tanto bastante claro, que la extensión a 6 millones de hectáreas en palma africana que tanto repite el mandatario colombiano, es porque ya tiene compromisos concretos de exportación de biodiesel tanto a Europa como a Estados Unidos12.

 

¿Y la biodiversidad, y los pueblos nativos?

 

Pero, ¿qué viene suponiendo en los países tropicales esta fuerte expansión de los cultivos de palma aceitera, para las comunidades nativas asentadas ancestralmente en los territorios?13

 

Muchos han denominado esta expansión de los cultivos de palma en todo el mundo tropical, como el “modelo malayo”, pues las características que tienen los cultivos en todos los países comparten un mismo patrón de comportamiento en diferentes campos a considerar: derechos humanos, derechos ambientales y derechos laborales.

 

Desde el punto de vista de los derechos humanos, las empresas cultivadoras de palma llegan a los territorios ancestrales de comunidades nativas, despojando a dichas comunidades de sus Territorios, y por lo tanto, de todos los elementos necesarios para su supervivencia. El resultado final es el desplazamiento de las comunidades para dejar vía libre a los cultivos. El despojo territorial es bendecido por las autoridades tanto nacionales como locales, que de hecho apoyan a las empresas en esta labor de desalojo y de apropiación a los habitantes tradicionales de sus territorios. Todo ello mediante unos niveles y prácticas de violencia inimaginables, que se sustentan en la impunidad y en políticas contrainsurgentes de baja intensidad.

 

Desde el punto de vista ambiental, los cultivos de palma africana, suponen la destrucción total de los ecosistemas donde el cultivo se siembra, con el agravante de que normalmente estos ecosistemas son los más biodiversos del planeta como es el caso del Bajo Atrato en el Cacarica, Jiguamiandó y Curvaradó. Se trata de selvas y bosques húmedos tropicales, que son el verdadero pulmón del planeta en la producción de oxígeno, y que albergan las fuentes de agua y un porcentaje muy elevado del total de especies vivas tanto animales como vegetales de la Tierra.

 

La razón es simple: las condiciones más favorables (o lo que se llaman las condiciones edafoclimáticas), para el cultivo de la palma africana, en condiciones de alta productividad por unidad de superficie, son las que existen en los llamados “hot spots” o lugares más biodiversos del planeta.

 

El cultivo de palma aceitera acaba la vida. No por nada estos cultivos reciben el nombre de “desiertos verdes”14

 

Podemos resumir así los principales efectos del cultivo de la palma africana sobre el medio ambiente:

 

Donde se dan los cultivos de palma aceitera a nivel industrial, hay que arrasar toda la vegetación existente. La palma no puede sobrevivir con otros cultivos o plantas, pues le quitan alimento de la tierra, y rendimiento en cuanto a cantidad de aceite por hectárea. Por ello, los cultivos de palma ofrecen un paisaje monótono, donde la vista solo vislumbra hasta el horizonte un desierto verde. Para preparar las tierras para estos cultivos hay que tumbar toda la vegetación, ¡TODA! Nada puede quedar a su lado, se canaliza y se secan humedales y manglares.

 

Desaparece toda la vida vegetal, y las especies animales que tenían su habitat en el ecosistema original, no pueden ahora sobrevivir, viéndose obligadas a emigrar hacia otras tierras. En la cuenca del río Curvaradó, aproximadamente 26 especies forestales se encuentran extintas, entre ellas 12 especies maderables para la construcción, 8 especies medicinales y 5 especies para colorantes. Así mismo, cerca de 28 especies faunísticas han sido eliminadas y su hábitat completamente destruido.15

 

 

 

Por su parte, se encuentran en serio peligro cerca de 54 especies forestales, de las cuales 34 especies son de productos maderables y 15 son especies de productos comestibles únicamente en la cuenca del río Jiguamiandó. En el caso de la fauna, se han visto afectadas cerca de 68 especies con habitat en las aguas y los suelos de la cuenca.

 

También la destrucción de ecosistemas originales, acaba con los medios de vida básicos de las comunidades campesinas nativas del territorio, que encuentran en esos ecosistemas, caza, pesca, madera para construcción, plantas medicinales y cuantos elementos les resultan básicos en su supervivencia.

 

En las plantaciones de palma aceitera es necesario drenar las aguas, pues si la palma crece en tierras húmedas, el fruto se amarillea y no da el rendimiento esperado. Para maximizar el rendimiento, es decir la cantidad de aceite por fruto o por planta, hay que secar las tierras. En la práctica esto supone la construcción de canales de drenaje que desecan lagunas, caños y cualquier tipo de humedal que quede cerca de los cultivos. La desecación de aguas acaba también con la vida de animales acuáticos.

 

Las plantaciones de palma aceitera necesitan de cantidades ingentes de químicos (fungicidas, herbicidas, plaguicidas), dado que al no tratarse de un cultivo autóctono, se ve sometido a muchas plagas y enfermedades. El más famoso de estos químicos es el Roundup, fabricado por la multinacional de Estados Unidos Monsanto (la reina de los transgénicos), cuyo elemento activo principal es precisamente el mismo que están usando en las fumigaciones de cultivos ilícitos, es decir el glifosato, curiosa coincidencia.

El uso de este químico y de otros sumamente agresivos, provocan serios problemas en la salud de los trabajadores que se encargan de la aspersión de los mismos, siempre sin cumplir las mas mínimas medidas de seguridad en el trabajo. Trabajadores de plantaciones de palma aceitera por todo el país, denuncian este hecho, y como a los trabajadores que se enferman, simplemente los botan del trabajo y ponen a otros a hacer la aspersión de químicos, hasta que de nuevo se enfermen y así sucesivamente. Resulta mas barato sustituir trabajadores que incorporar las medidas de seguridad en el trabajo adecuadas para estas labores de riesgo16.

 

Los efluentes utilizados en las plantas extractoras del aceite, se vierten en los ríos cercanos, contaminando fuertemente sus aguas.

 

La eliminación de la capa vegetal originaria de un territorio del todo, deja la tierra a la intemperie, siendo fuertemente dañada por los rayos del sol. Asimismo las lluvias ya no tendrán raíces que las absorban. Por todo ello, el resultado es la fuerte erosión de la tierra.

 

Debido a todo esto (desecación, desertización, erosión, uso masivo de químicos, etc), después de que la palma deje ya de dar rendimientos o cosechas en un territorio, al cabo de unos 50 años produciendo en estas condiciones, esa tierra habrá sido fuertemente empobrecida a tal punto que ya ningún cultivo podrá darse allí (excepto volver a sembrar palma de nuevo), ni por supuesto será posible la recuperación del ecosistema original.

 

El que fue “desierto verde” por unos 50 años aproximadamente, después se convierte ya en un desierto real. Podemos a este respecto preguntar a cualquier campesino, lo difícil que resulta recuperar simplemente un potrero para la agricultura. La cantidad de trabajo y de tiempo que se necesita para que, lo que ahora es potrero, pueda volver a producir de nuevo una cosecha. Menos aún para poder volver a recuperar el bosque que algún día allí existió.

 

Las pérdidas en biodiversidad son mas dramáticas cuando los cultivos se dan en zonas de bosques tropicales, pues en estas tierras se convierte en desierto, lo que apenas unos años antes eran tierras abundantes de vida. Esto está sucediendo en Colombia en el llamado Chocó biogeográfico17.

 

En definitiva, los cultivos de palma aceitera destruyen las selvas tropicales, riquísimas en biodiversidad, conservadas por sus habitantes nativos de forma intacta, a lo largo de miles de años. Tal cual se han ido conformando en una lenta evolución a lo largo de millones de años. Las empresas palmeras llegan y en pocos años destruyen ese patrimonio de vida de la humanidad, pero sobre todo de los pueblos nativos que allí han tenido asiento por tanto tiempo.

 

Desde el punto de vista laboral, las condiciones de trabajo en las plantaciones de palma africana son reportadas por la propia Organización Internacional del Trabajo (OIT), como las más duras y esclavistas de todos los empleos conocidos.18 No solo las condiciones de trabajo, sino la persecución sindical y la práctica imposibilidad de negociar cualquier mejora en las condiciones de trabajo, las formas de pago, la escasa seguridad en el trabajo, los elevados niveles de riesgo en el mismo, la contratación familiar estilo feudal, las subcontratas que impiden la negociación de cualquier beneficio laboral, etc, lo convierten en un sector con una relaciones de trabajo que nos devuelven cientos de años atrás. Todo ello solo buscando la reducción de costes.

 

Pero, ¿el cultivo de la palma africana en Colombia se corresponde con este “modelo malayo” así descrito? La respuesta no puede ser más que afirmativa.

 

En relación a los derechos humanos, podemos ver las cifras y hechos de violencia, que han tenido lugar por ejemplo en regiones como Tumaco, tanto en el inicio de las plantaciones hace mas de 30 años, como en el nuevo repunte de las plantaciones, ahora sí bajo la consigna de la producción del biodiesel desde comienzos del 2000.

 

En el bajo Atrato, donde hoy se siembra este cultivo, la palma ha significado 15 desplazamientos forzados. Dos en el Cacarica y 13 en el Curvaradó y 200 Crímenes, entre asesinatos y desapariciones forzadas, sin contar con el saqueo de bienes, quema de poblados, destrucción de bienes de supervivencia, y bloqueo económico. La relación de la violencia contra las comunidades nativas con la expansión de los cultivos de palma africana, no deja lugar a dudas.19

 

¿Por qué una expansión tan fuerte de los cultivos de palma en regiones tan castigadas por la violencia contra los campesinos desde hace unos años, como el Catatumbo en el Norte de Santander o el Municipio de María la Baja en los Montes de María?20

 

¿Desde cuando llevan los trabajadores de las plantaciones de palma en el Magdalena Medio o en el Meta, denunciando el asesinato de sindicalistas, las duras condiciones de trabajo, y los escasos beneficios laborales?21

 

¿Por qué no preguntamos a los campesinos en diversas regiones de Colombia como perdieron sus tierras bajo los modelos de “cooperativas”, impulsados bajo el noble propósito de la participación justa de ganancias, proyectos hoy laureados como modelos a seguir en el gremio palmicultor?

 

¿Por qué la empresa Del Monte de los Estados Unidos firma un convenio con la empresa MULTIFRUITS CIA de Colombia para sembrar 20 mil hectáreas de primitivo, y palma en el Territorio Colectivo del Cacarica, en un convenio con todos los vicios de ilegalidad y en donde ha existido una base paramilitar y donde hoy habitan repobladores, no nativos del territorio?

 

Bajo Atrato, la Arabia Saudí del biodiesel

 

 

Colombia sigue el modelo malayo y la palma africana no puede sino ser catalogada como una maldición para el país. A pesar de ello, Uribe Vélez quiere que el país sea para el 2020, la Arabia Saudí del biodiesel.

 

En el caso del Bajo Atrato, ese reinado del progreso se ha cimentado en el despojo de 15 caseríos en el Curvaradó de más de 25 mil hectáreas y en el Cacarica de 20 mil hectáreas y 4 caseríos, que fueron titulados colectivamente por el gobiernos anteriores.

 

Asesinatos, destrucción de viviendas y enseres, desplazamiento masivo, bloqueos económicos, hostigamientos continuos, amenazas, maltrato continuado por parte del ejército nacional, en funciones de mercenariazgo al servicio de las empresas a través de paramilitares, son el sustento de ese progreso.

 

Destrucción irreversible de ecosistemas megadiversos, y conversión en desiertos verdes, que pronto será desiertos auténticos. Condiciones de esclavitud hacia los trabajadores, que incluyen la vigilancia por hombres armados durante las jornadas de trabajo y el pago en vales a canjear por comida en las tiendas de los empresarios, sin que el trabajador cobre el sueldo en dinero y disponga libremente de él, son el rostro oculto de los biocarburantes o biocombustibles.

 

Si pasamos de la “era del petróleo” a la “era de los biocombustibles” bajo el mismo patrón colonial que las Empresas Transnacionales petroleras vienen desde hace tiempo desarrollando. Si para los países europeos y norteamericanos lo único que les sigue interesando es que les llegue la energía que necesitan lo más barata posible, sin otras consideraciones mínimamente éticas. Si a nadie se le ocurre hablar de reducción de consumo energético, como único camino viable de pervivencia del planeta y de la vida en él (considerando que los que mas deben reducir son los que mas consumen). Si sigue prevaleciendo el criterio economicista de buscar las alternativas de combustibles que menos trastornos ocasionen al actual modelo de transporte en el mundo. Si todo esto es así, el cultivo de la palma seguirá suponiendo violencia, como lo ha sido siempre la actividad de las empresas petroleras, que ya poco a poco van incursionando en la producción y comercialización de este nuevo combustible.

 

Los criterios que muchos defienden de la llamada Mesa Redonda para la Producción Sostenible de Aceite de Palma (RSPO por sus siglas en inglés), son pantalla propagandística, destinada sobre todo a calmar los ánimos de los consumidores europeos y norteamericanos, ante la salida a la luz cada vez de forma más clara en todo el mundo, de toda la criminalidad en relación al cultivo de la palma en el bajo Atrato y en otras regiones palmeras del planeta.

 

Los biocombustibles no son solución a la crisis energética que se avecina aceleradamente. Traerán mas problemas de los que con ellos se pretenden resolver. La destrucción de la vida en todo el planeta que con ellos se produce y se producirá a tasas crecientes en un futuro nada lejano, obliga a desestimar de antemano tan siquiera su consideración en el papel energético. El hecho de proceder de fuentes vegetales, no les puede hacer acreedores del calificativo de “bio”, pues solo esta denominación ya resulta en si misma engañosa.

 

Y se perderá una oportunidad histórica de equilibrar las relaciones entre países y de armonizar estas, con la vida en el planeta.

 

 

 

1 Revista Semana. Edición 1204, mayo 27 de 2005, “Energía, Petróleo verde”.

El Espectador, junio 11 de 2006. En el artículo de opinión “Por qué biodiesel”, el presidente de Fedepalma, Jens Mesa Dishington dice que “…se afirma que ya está agotado más del 50% de las existencias del llamado oro negro y que de continuar la tendencia, en menos de 40 años este habrá desaparecido, si bien no de la faz de la Tierra, por lo menos como principal fuente energética mundial…”

La crisis energética “…se debe a la inminente llegada al pico de extracción de petróleo o `peak oil` a nivel mundial, es decir el momento en que la producción de oro negro ya no puede seguir creciendo y empieza una curva descendiente…” en Observatorio Transnacional www.repsolmata.info

2 Francois Houtart en su artículo “La palma africana: un proyecto mundial social y ecológicamente destructor” en www.forumdesalternatives.org señala que “El consumo general mundial aumentará presupuestamente un 60% entre 2002 y 2030 (J. Michel Bezat, 2006), lo que significa una enorme necesidad de energía nueva…La seguridad energética es una de las mayores preocupaciones de los principales polos económicos del planeta. Ya no existe esta seguridad en caso de ruptura de la cadena del petróleo. La energía nuclear cubrirá solamente el 4% del consumo mundial en 2030 (Pierre Eyben, 2006, 11-13)…las energías solares, aeromotores, geotérmicas, marinas, son incapaces en un futuro previsible de satisfacer la demanda mundial de electricidad…” Texto de discusión de investigación realizada por el CETRI y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

3 La UE se viene preparando para este cambio de modelo energético a través de la Directiva 2003/30/CE del Parlamento europeo y del Consejo, de 8 de mayo de 2003, “relativa al fomento del uso de biocarburantes u otros combustibles renovables en el transporte”. En la misma se marcan metas de sustitución del combustible fósil por biocarburantes en el transporte. Dichas metas a ser cumplidas por los Estados Miembros, son del 2% para el 2005, del 5.75% para el 2010 y así caminar hacia la sustitución del 20% para el 2020, dentro de su estrategia de seguridad de abastecimiento energético.

Estados Unidos aprobó la Ley de Política Energética de agosto de 2005, con la cual se incentiva económicamente el desarrollo, consumo e importación de fuentes alternativas renovables de energía, especialmente etanol y biodiesel.

4 Observatorio Transnacional www.repsolmata.info

5 The Guardian, Diciembre 6 de 2005. Monbiot señala que el biodiesel de palma africana es peor que el combustible fósil. “Los entusiastas del biodiesel han inventado accidentalmente el combustible mas intensivo en carbono que existe en la Tierra”. Con el consumo de combustible destruimos cada año “el valor de cuatro siglos en plantas y animales”. La palma africana es “el cultivo mas destructivo sobre la Tierra”. “En términos de su impacto en el medioambiente local y global, el biodiesel de palma es mas destructivo que el crudo de Nigeria”. Recomienda al gobierno británico “prevenir la importación de combustibles destructivos del medio ambiente”. Por todo esto, el biodiesel de palma africana “acelerará el cambio climático en vez de reducirlo”.

6 “El próximo petróleo”, Revista El Semanal, España, septiembre 18 de 2005. “Algunos cálculos estiman que para producir el diez por ciento del carburante dedicado al transporte, los países desarrollados necesitarían el 40 por ciento de sus terrenos cultivables”.

7 “Estados Unidos importa el 60% del petróleo crudo que consume…A pesar del crecimiento que ha experimentado el sector, expertos en biodiesel en Estados Unidos consideran que la capacidad de producción es muy pequeña para alcanzar la demanda existente. La cantidad de soya y colza disponible como materia prima para esta industria, representa apenas el 2% del consumo anual (Emerging Markets Online, 2006) …se requiere mayor producción y nuevos proveedores de materia prima…Esto podría significar la expansión de la frontera agrícola en el Tercer Mundo para servir a la siempre creciente demanda por energía existente en Estados Unidos…Los biocombustibles no podrán satisfacer todo el apetito energético de ese país.

La Agencia Europea para el Ambiente calcula que, para cumplir con los objetivos del 5.75%, se necesitará dedicar entre el 4 y el 13% del total de tierras agrícolas de la EU-25, …Por tanto se ven en la necesidad de importar, ya sea la materia prima o los biocombustibles de países del Tercer Mundo, especialmente, de América Latina…La demanda por diesel en Europa es superior a la demanda de gasolina en Europa, por lo tanto, el mercado de biodiesel, es superior al de etanol, por lo que los cultivos que crecerán en América Latina, para servir al demandante consumidor europeo, serán la soya y la palma africana…Los expertos en agronegocios estiman que, a pesar de ser Europa la región donde hay la mayor producción de biodiesel, no podrá cumplir con sus obligaciones para el año 2010…La demanda implicaría el uso de 20 millones de hectáreas mas de tierras productivas. Solo para abastecer la demanda del sector automotriz holandés, se requeriría sembrar con cultivos energéticos una superficie 2.5 veces superior al total de su área agrícola.” Elizabeth Bravo, “Biocombustibles, cultivos energéticos y soberanía alimentaria en América Latina. Encendiendo el debate sobre Biocombustibles”. Acción Ecológica, Ecuador, 2006.

En esta línea, están empezando a surgir en Europa, proyectos concretos de producción de biodiesel, a partir de aceite de palma procedente de Colombia. Este es el caso del proyecto iniciado en Puerto Carreño, Vichada de 89.000 hectáreas de palma africana, cuyo aceite saldrá por el río Orinoco para ser transportado a España, donde quedará ubicada (en concreto en Asturias), la planta productora del biodiesel. De igual manera, Repsol y Acciona están ya incursionando al sector mediante la construcción de plantas productoras de los biocombustibles, en diferentes partes del territorio del Estado Español.

 

8 Por productividad se entiende la cantidad de aceite que se obtiene de una plantación por hectárea sembrada, o también la cantidad de aceite obtenida por unidad de mano de obra usada en la producción. En ambos casos la palma africana está en niveles de productividad por encima de cualesquiera otras plantas oleaginosas. Produce mas aceite por unidad de superficie que cualquier otra planta oleaginosa, y requiere poca mano de obra en su trabajo. Esto teniendo en cuenta, que la producción de aceite varía a lo largo de la vida de la planta. Como además, los costes de producción son relativamente bajos, ante el despojo violento de tierras y la explotación de la mano de obra, y los subsidios a la producción e incentivos de cualquier tipo son siempre altos, pues resulta ser la palma africana el cultivo oleaginoso ideal para pensar en satisfacer grandes demandas, como las que se derivan de las necesidades energéticas.

9 El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial impusieron a Indonesia un paquete de 50 medidas, dentro de una política de ajuste en el año 1998 ante la crisis económica que atravesaba el país en dicho año, con la única finalidad de garantizar que siguiera en capacidad de asumir el pago de la deuda. Entre estas medidas, se le imponía al país, la apertura a la inversión extranjera en el sector de la palma aceitera, lo cual era claro iba a presionar la extensión de los cultivos.

El director de la Corporación Financiera Internacional, brazo del Banco Mundial dedicado a la financiación del sector privado en todo el mundo, para justificar sus inversiones en plantaciones de palma aceitera en Costa de Marfil, entre otras cosas señalaba que “...promovería exportaciones generadoras de divisas...”, con las que poder afrontar el pago de la deuda, se le olvidó decir. “El amargo fruto de la palma aceitera: despojo y deforestación”. Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales., Uruguay, 2001.

10Se aprobó el uso del bioetanol en Colombia, a partir de la Ley 693 de 19 de septiembre de 2001. El gobierno de Álvaro Uribe Vélez tiene una urgencia excepcional en obligar al uso del biodiesel, procedente del aceite de palma. Para ello el Congreso aprobó la Ley 939 el 31 de diciembre de 2004, en la que se obliga ya a usar biodiesel de palma en Colombia, a partir del 1 de enero de 2008. En dicha ley además, se establecen exenciones fiscales, como la del impuesto sobre la renta líquida para nuevas plantaciones de cultivos de tardío rendimiento como la palma o el caucho, y la exención en el IVA y en el impuesto general de combustibles para el biodiesel de palma aceitera. Como tantas cosas importantes para el país, esta ley pasa de agache, sin que se entere casi nadie de su aprobación, entre otras cosas por que la fecha elegida para la votación en el Congreso (30 de diciembre), busca de por sí, esta aprobación expedita, sin trabas de ningún congresista. ¡Tantas leyes importantes para el país, aprobadas en fechas navideñas!. Curiosa coincidencia, que ya de por sí habla de los oscuros intereses que alberga dicha ley.

 

11 El Espectador, Junio 11 de 2006. En entrevista al Ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, este afirma que “Estados Unidos está cambiando su política energética para depender menos del hidrocarburo y mas de los biocombustibles. Esto genera una enorme ventaja a Colombia en potencial exportador de biodiesel y etanol y abre la posibilidad del mercado a productos como la caña, la remolacha, yuca y palma africana.

12 Las palabras que el presidente Uribe pronunció en el XXXIV Congreso de FEDEPALMA, celebrado el pasado 7 de junio de 2006, en Villavicencio, Meta, son bien dicentes de la situación que la palma africana está creando en todo el país: “Voy a pasar muy rápido por el TLC… Les confieso que mi gran aspiración era que no hubiera restricciones para el envío de combustibles biológicos de Colombia al mercado de Estados Unidos, porque eso es lo que los ilusiona enormemente a futuro y eso se logró, ese camino quedó despejado y eso nos tiene que dar tranquilidad. Y tomamos nota de la preocupación de ustedes para el buen manejo de las negociaciones que vienen, como la que hemos empezado con Centroamérica. Nosotros estamos en la iniciativa energética en Centroamérica”. De Ver 310 Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Bogotá, Octubre 24 de 2006. www.justiciaypazcolombia.org

 

13 Un buen resumen de los efectos de los cultivos de palma sobre las comunidades nativas en cuyos territorios los mismos llegan, en todos los países tropicales, se puede leer en “El amargo fruto de la palma aceitera: despojo y deforestación”, del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, disponible en su web www.wrm.org , citado con anterioridad.

14 Op. Cit. World Rainforest Movement: “El amargo fruto de la palma aceitera: despojo y deforestación”.

15 Estudio Forestal. Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Noviembre de 2.004.

16 Boletín número 52 del WRM, noviembre de 2001. Los trabajadores de la empresa Plantaciones Unipalma de los Llanos S.A. denuncian situaciones de este tipo.

17 En las cuencas del Curvaradó y del Jiguamiandó, en el Chocó, se reportan desde el año 2000, mas de 5000 hectáreas de bosques deforestadas, que han afectado a cerca de 80 especies maderables y medicinales y 96 especies faunísticas y de insectos. Todo esto en “…los ecosistemas del complejo ecoregional Darién- Manabí, que es considerado por las Naciones Unidas como uno de los cuatro lugares en el mundo con mayor biodiversidad.” La Tramoya: Derechos Humanos y Palma Aceitera Curvaradó y Jiguamiandó. Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Caso Tipo 5 del Banco de Datos del Cinep. Octubre de 2005.

18 La OIT señala que los trabajadores de las plantaciones poseen uno de los más altos índices de pobreza del sector agrícola. “Acorde con esta falta de protección de sus derechos, los trabajadores de plantaciones están considerados entre los trabajadores agrícolas mas explotados y con mayor índice de pobreza” citado en “El amargo fruto…..” wrm. op. cit.

19 Misión de Observación a la Situación de las Comunidades Afrodescendientes en Colombia. Bogotá, Colombia, junio de 2002. Afirma que “…llama la atención la coincidencia entre la irrupción paramilitar y el inicio de las fumigaciones …como parte del Plan Colombia…A partir de este momento los miembros de la Pastoral Social de la Diócesis de Tumaco fueron amenazados…De la misma forma es conocido por la comunidad que algunos comerciantes y palmicultores presentes en este municipio, la gran mayoría no nativos, colaboran con dinero para el financiamiento de los paramilitares…en el Congal Alto Mira los paramilitares invitan a los afrocolombianos a sembrar palma y coca… “

20 Regiones donde hoy aflora con todo tipo de pruebas y en todos los medios de comunicación, el escándalo que todo el mundo ya sabía, pero que nadie se atrevía a decir: las relaciones de los paramilitares con los políticos y grandes familias de estas regiones, relacionadas con los proyectos económicos que allí se están ya desarrollando, entre ellos la siembra extensiva de palma aceitera. Para mas información se puede ver el De Ver 316 de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Bogotá, Noviembre 20 de 2006. www.justiciaypazcolombia.org

21 Op. Cit. Boletín número 52 del WRM, noviembre de 2001. Los trabajadores de la empresa Plantaciones Unipalma de los Llanos S.A. denuncian la intención de la empresa de acabar con el sindicato, y además que “hay empresas pretendiendo que se vincule la familia al trabajo, que es como entrar a un sistema de esclavitud y explotación total. Yo les diría a los trabajadores de otros países, que la palma africana, mas que un empleo, produce un sometimiento tenaz”.

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz: Informe Ejecutivo 57 de julio 21 de 2005. Se reporta como paramilitares asesinaron a una trabajadora de las plantaciones de palma en el Bajo Atrato, que había sido despedida por la empresa dos días antes.

“En el 2001 continuaron los asesinatos en el Magdalena Medio en contra de los sindicalistas de las empresas palmeras entre ellos el vicepresidente del sindicato de Indupalma, Pablo Padilla, quien fue asesinado en febrero de 2001. Tres sindicalistas mas de las empresas palmeras de Puerto Wilches fueron asesinados en el mismo año”. Fuente CUT, citado en Gearoid O´Loinsig “La estrategia integral del paramilitarismo en el Magdalena Medio”.

 

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Justicia y Paz