Hace unos días, un equipo de periodistas de Fault Lines, programa de la cadena internacional de noticias Al-Jaazera, se hizo presente en Marmato para hacer un documental relacionado con esa población y con lo que Al-Jaazera llama “la fiebre del oro en Colombia”. En el programa aparece una entrevista con el señor Juan Carlos Santos quien es Mánager Corporativo de la Compañía Medoro Resources y primo del presidente Juan Manuel Santos.
Y que sea primo del Presidente no hubiera tenido significado alguno, a no ser porque en las declaraciones que da a Al-Jaazera, hace unos comentarios tenebrosos para los intereses de los mineros y de la población de Marmato que se opone al desplazamiento de su municipio.
Como el reportaje es en inglés, presentamos las opiniones en español advirtiendo que es una traducción, lo más fiel posible, de lo expresado por el primo del Presidente. El siguiente es el texto:*
"JC Santos: quiero decir, hay presiones del gobierno, si quieres llamarlas de esa manera, que pueden ayudarnos, etcétera, es decir, podemos negociar, podemos compensarlos con nuestro… básicamente con nuestra chequera, no quiero sonar prepotente o arrogante, pero, quiero decir, es una cuestión de dinero básicamente, también historia y otras cosas, pero básicamente dinero.
Periodista: Juan Carlos Santos es el director corporativo de la compañía canadiense Medoro, y familiar del presidente de Colombia Juan Manuel Santos. Él nos explicó como la compañía estaba comprando todas las minas en Marmato para una explotación a cielo abierto y el plan para restauración ambiental cuando acaben.
JC Santos: simplemente la compañía saca la chequera y le dice a todo el mundo: bueno, ¿hay 30 familias en este lugar? ok, ¿Cuánta plata quiere cada familia?
Periodista: ¿qué pasa si no quieren compensación, si solo quieren vivir en la montaña?
JC Santos: bueno, eso sería un gran problema. En español hay una frase famosa: “El bien común prima sobre el bien privado”. Quiero decir, cuando un país como Colombia necesita explotar áreas y nuestro país está lleno de indígenas y afrocolombianos, a veces tenemos que pensar en un panorama más grande…"
Entonces, según lo que afirma el primo del Presidente el “bien común” es el de Medoro y “el bien privado”, el de los pobladores de Marmato. Y, como el interés público prima sobre el privado, ¿los pueden sacar de sus tierras, casas y minas porque la multinacional extranjera -que no el país- las necesita para desarrollar su proyecto a cielo abierto? Acaso, ¿todo Marmato se puede comprar con su chequera? y ¿si no acceden a venderles hacen uso de las presiones del gobierno? La multinacional pretende que las armas del Estado estén al servicio de capitales extranjeros y en contra de un pueblo históricamente pacífico y trabajador que durante siglos le ha aportado mucho al país.
Ahora sí muchos marmateños entienden lo que está sucediendo en su pueblo. De una parte, una filial de Medoro presenta en Ingeominas de Medellín más de 100 amparos administrativos para que le reconozcan propiedad sobre los títulos mineros e intentar quedarse con las minas de Marmato. Con todas. Con las de Echandía, Cien Pesos y Chaburquía que trabajan legalmente los mineros, hace más de quince años, y con las que trabajan y explotan legítimamente los “guacheros” desde hace más de cuatro años, cuando la multinacional las compro, cerró y abandonó, dejando en la miseria a 833 trabajadores mineros.
Ahora la multinacional pretende quedarse con las minas para, más adelante, cerrarlas y proceder a adelantar el proyecto a cielo abierto y, de ahí su interés, por llegar a “acuerdos” y “hacer convenios con los mineros” que, de manera legitima, explotan las minas sobre las que la Medoro, así presente amparos administrativos, no tiene derechos de explotación -de acuerdo con el código de minas- porque dejo de explotarlas sin justificación más de seis meses.
Otra situación grave es la que se presenta con la pretensión de la compañía de ejercer dominio sobre Marmato entregando “donaciones” para algunas obras públicas que, como el hospital, son obligación del Estado construirlas. Con estas “ayudas” la multinacional pretende lavarse el rostro y ganar respaldo para asegurar una votación que la favorezca en la consulta previa.
También es extraño para los habitantes de Marmato lo sucedido la semana pasada cuando llegaron al municipio varias decenas de policías y soldados a respaldar la multinacional para que abriera un par de minas que le habían obligado a cerrar en el sector de “Cien Pesos” por atentar contra los intereses de los mineros nativos.
Y más extrañeza causa que la fuerza pública requise pobladores, incluyendo enfermeras, buscando dinamita, dicen. O se trata de una campaña para meterle miedo a la población, tradicionalmente pacífica, o lo que quieren es ejercer presión para que los mineros no puedan trabajar las minas por la falta de dinamita que, como es conocido, no se las vende la industria militar pero, la compañía dice, que ella se las puede vender, siempre y cuando le acepten que las minas son de ella. ¿Es esta una de las presiones a las que se refiere el primo del presidente? ¿Y, es una de las que, da orden el primo para que se ejerzan?
Los marmateños le reafirman al gobierno nacional y a la multinacional, cualquiera que ella sea, que Marmato no está en venta y que no se irán de su terruño por motivo alguno.