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09/08/2011

Desde el miércoles 3 de agosto y hasta el próximo 13, la Segunda Caravana Internacional por la Vida y Contra el Despojo en el sur de Bolívar recorrerá varios municipios de esa región del país.

El departamento de Bolívar está ubicado en la zona norte de Colombia. Tiene una parte sobre la costa del mar Caribe, donde queda la capital departamental: Cartagena de Indias. Es un territorio que se extiende hacia el centro del país por el costado occidental del río Magdalena, principal arteria fluvial colombiana.

El sur de Bolívar corresponde a las estribaciones de la cordillera Central, que recorre el territorio nacional de sur a norte, al igual que la cordilleras Oriental y Occidental y los ríos Cauca y Magdalena. Esta parte de la cordillera está conformada por la serranía de San Lucas, la serranía de Santo Domingo y Montecristo, las cuchillas de Manzanares y Orejero, cuyas alturas son superiores a los 1.600 metros sobre el nivel del mar. En ellas nacen numerosos ríos y quebradas.

Esta región es abundante en bosques, animales, flora, peces, oro y ha sido durante mucho tiempo tierra de agricultores. Comprende 16 municipios: Achí, Altos del Rosario, Arenal del Sur, Barranco de Loba, Cantagallo, El Peñón, Montecristo, Morales, Regidor, Río Viejo – Norosí, San Jacinto del Cauca, San Martín de Loba, San Pablo, Santa Rosa del Sur, Simití y Tiquisio, que cobijan un área total de 16.136 kilómetros cuadrados.

Pero además, se adentra en una de las áreas con más renombre del país, por su historia de petróleo y por los conflictos sociales, políticos y humanitarios que la han acompañado: el Magdalena Medio, que toma su nombre por estar en la parte media del río que le da su nombre. Desde la primera mitad del siglo XX, el Magdalena medio comenzó a ser productor de crudo, cuando en Barrancabermeja, municipio del departamento de Santander, se instalaron las primeras máquinas de perforación. Y la ola petrolera llegó al sur de Bolívar en los años 40, cuando en Cantagallo comenzaron los proyectos de exploración y explotación petrolera.

Hoy la región es atractiva también para otras grandes explotaciones: la forestal y la de gran minería. Y sobrevive en medio de cultivos de coca para usos ilícitos. Graves situaciones humanitarias y de violación de derechos humanos han conducido a la convocatoria de caravanas internacionales por el territorio, para hacerlas visibles, al país y al mundo y todas estas condiciones atractivas del territorio convergen para que haya una pugna por controlarlo.

Registro de controles

Uno de los controles más amenazantes sobre el territorio lo ejercen los paramilitares. El 24 de enero de 2011, la Corporación para el Fomento y el Desarrollo de la Democracia Sembrar y la Federación Agrominera del Sur de Bolívar (Fedeagromisbol) anunciaban que «Los pobladores del Sur de Bolívar, han venido denunciado la fuerte presencia que los paramilitares tienen en muchos municipios, ponen y quitan retenes, cometen asesinatos, patrullan los caseríos, cuidan las retroexcavadoras, hurtan enseres de la población, amenazan y generan terror». Y señalaban que «La población conoce la ubicación de los campamentos [de los paramilitares], ubicados en el municipio de Tiquisio, como los de las veredas Malena, en Quebrada del medio, Tagual, la vereda Pincho, en el corregimiento de Dos Bocas donde tienen fuerte y permanente control. Su acción es pública; todos y todas en Puerto Coca – Tiquisio, los vieron patrullando armados en el pueblo, desde el 30 de diciembre hasta el 06 de enero de 2011, pero no pasó nada. En el municipio de San Pablo, dicen que el 24 de diciembre mataron 4 vacas y cerraron una calle del Barrio Concepción para celebrar con los excesos acostumbrados.

Diez años antes se presentaban asesinatos selectivos, masacres como la ocurrida el día 30 de octubre de 1988 donde los paramilitares asesinaron a Valdiris Chamorro, Oscar Danilo Zais Peña y Meider José García Castillo. Los dos últimos eran dirigentes campesinos que habían participado en el éxodo campesino a Barrancabermeja en 1988; desapariciones forzadas y quema de viviendas y demás situaciones perjudiciales para la población como la ocurrida en el asalto paramilitar al municipio de Barranco de Loba, que empezó el 6 de noviembre 1998, en esa ocasión los paramilitares detuvieron al maestro Celso Polanco, lo torturaron y lo decapitaron frente a la comunidad. Al otro día, en la vereda La Mocha del mismo municipio, según recuerdan algunos habitantes que fueron testigos de los hechos “fueron torturados, asesinados y decapitados Armenida Zayas, Silvano Romero, Mariano Salas, Iroldo Sola, Rubén Fuentes y Manuel Mármol, junto con tres menores de edad”. Luego quemaron unas 40 casas de la vereda.

Según testimonios de varios habitantes del Sur de Bolívar dichos hechos: « eran provocadas por grupos paramilitares en complicidad con algunos miembros de la policía y el Ejército ». Por su parte el informe de la primera Caravana internacional por el Sur de Bolívar afirmaba: «En las cabeceras municipales es constante la presencia de la policía nacional, que ejerce control en la zona de puerto sobre el río Magdalena cuando su ubicación es ribereña; el ejército nacional mantiene presencia rural y un intenso patrullaje sobre el río en operaciones conjuntas con la Armada Nacional, también se instala ocasionalmente en las cabeceras municipales» y agregaba:

«Las organizaciones paramilitares ubican sus retenes en las cabeceras municipales o cerca de ellas y concentran su acción en el control de transporte de carga y pasajeros sobre el río y en las vías de acceso a la zona montañosa, con presencia visible en los puertos. En estos retenes han sido saqueados, han perdido la vida o han sido desaparecidos cientos de pobladores de las zonas sitiadas y como tal constituyen el principal mecanismo de ejercicio del cerco». Y advertían: «La presencia guerrillera es evidente en la zona montañosa, donde se observan puestos de control de esas organizaciones con miembros armados y uniformados y avisos sobre campos minados» (véase http://www.colombiasolidarity.org.uk/articles/bulletin-archive/44-bulletin-issue5-februarymarch-2002/302-informe-de-la-caravana-internacional-que-entr-en-las-zonas-del-sur-de-bolvar)

Para el año 2001la posibilidad de un diálogo entre el Ejército de Liberación Nacional y el gobierno de Andrés Pastrana también condicionaba el movimiento de los paramilitares: «según las organizaciones sociales y de derechos humanos de la región del Magdalena Medio, el paramilitarismo promueve una movilización social aparentemente de oposición al despeje [posible despeje para el diálogo], pero su papel se concentra en ser fachada legal para ejercer presión sobre las administraciones locales y autoridades de todo tipo y en liderar una campaña de desprestigio contra las comunidades campesinas y mineras, para que de paso se legitime la agresión y el cerco que los paramilitares someten a éstas».

Dos caravanas que alertan al mundo

En 2001, la población del sur de Bolívar vivía una situación humanitaria tan grave que algunas organizaciones vieron la necesidad de convocar a la primera Caravana Internacional por la Vida en el Sur de Bolívar, que hizo parte de la Campaña Nacional e internacional Colombia Clama Justicia, impulsada por la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia (Redher).

Esta Caravana produjo impacto en el país y el mundo y en ella estuvieron 60 representantes internacionales, procedentes de 9 países (Alemania, Bélgica, Brasil, Estados Unidos, España, Francia, Holanda, Irlanda e Italia), y 20 delegados nacionales, de diversas regiones del país.

Diez años después, además de los controles paramilitares, el sur de Bolívar, específicamente la serranía de San Lucas, soporta otras amenazas: junto a otras regiones del país, perciben la arremetida de la locomotora minera tan publicitada por el gobierno nacional. La locomotora –dice la Red contra la gran minería, Reclame– llegará a «Amagá, El Hoyo-Patía, Suárez, Marmato, La Jagua de Ibirico, Anaime, Quinchía, Tabaco, Pore, Taraira, Socha, Montelibano, Sardinata, Remedios, Buenos Aires, la serranía de San Lucas, Condoto, Cajamarca y otros municipios más».

Reclame insiste en señalar que lo que allí ocurre es «el ejemplo del modelo minero que se intenta imponer en nuestro país. Han sido en unos casos, damnificados por las leoninas condiciones laborales fijadas por las transnacionales y testigos de primera mano del abandono estatal, de la asfixia y acoso a la minería tradicional local, y en otros, se pretende que sean víctimas de la destrucción de su medio ambiente, del desplazamiento de sus poblaciones, del despojo de su hábitat, del arrebatamiento de sus tradiciones y de la expropiación de sus trabajos, su vida y su historia»..

En la región, más exactamente en el municipio de San Martín de Loba, hace actualmente presencia una de las empresas extranjeras que según expresan organizaciones contra la minería, se han convertido en Colombia en una amenaza contra las comunidades y el medio ambiente en las zonas donde hay oro. La AngloGold Ashanti, multinacional que tiene sus oficinas principales en Johannesburgo, Suráfrica. En 2007 produjo un 7% de la producción mundial convirtiéndose en el tercer productor de oro del mundo.

La AngloGold Ashanti, según informaciones recogidas por el geólogo de la Universidad Nacional Julio Fierro, para 2009 tenía en el país 206 títulos, que significaban el 0,5% del territorio (531 .136 hectáreas) y aspiraba, como aspira hoy, a contar con el 4% del país, pues tiene 1.774 solicitudes, correspondientes a 4.516.297 hectáreas..

De estas situaciones quiere hacer eco la segunda Caravana internacional que se está adelantando en el sur de Bolívar desde el 3 de agosto e irá hasta el 13 de este mismo mes.

Otras razones para emprender la segunda Caravana

Igual sucede con la aplicación de leyes que tienen que ver con restitución de tierras y la otra locomotora del presidente Juan Manuel Santos: la agricultura. Un ejemplo es la lucha que han tenido que dar las familias organizadas en la Asociación de Campesinos de Buenos Aires (ASOCAB) para recuperar la hacienda las Pavas, otorgada a ellos por el Instituto Colombino de Reforma Agraria (INCORA) en el año de 1966.

El 19 de febrero de 2011, Fedeagromisbol señalaba que líderes de la comunidad de Las Pavas, del municipio de El Peñón,denuncian los siguientes hechos: «Durante el mes de enero de 2011 hicieron presencia en el corregimiento Buenos Aires del municipio de Regidor, sitio a donde se encuentran desplazadas 123 familias campesinas de la comunidad de Las Pavas quienes fueron expulsados de sus tierras por el grupo palmero Daabon con el apoyo del escuadrón Esmad de la policía, una serie de personas ajenas a la comunidad quienes se presume son enviados de la empresa palmera para espiar y atemorizar a los campesinos desplazados que están adelantando acciones jurídicas para lograr el retorno a sus tierras. Varias de esas personas extrañas han sido identificadas como algunos de los paramilitares que amenazaron y desplazaron a las 123 familias de Las Pavas».

La empresa Daabon Organic es colombiana, propiedad de una de las familias más ricas del norte de país los Díaz-Granados, es la mayor proveedora en Europa y Estados Unidos de aceite de palma de cera y café y la segunda en banano después de República Dominicana.

En febrero 2009, en la serie de Documentos de trabajo sobre economía regional N° 110, Banco de la República Centro de Estudios Económicos regionales (CEER), presentado en Cartagena, Joaquín Viloria de la Hoz, escribió un artículo titulado: Economía y conflicto en el Cono Sur del Departamento de Bolívar, allí afirma: «En dos años Bolívar duplicó su área sembrada en palma, al pasar de 9.300 a 18.500 hectáreas. De éstas, en los municipios del sur se tienen sembradas cerca de 10 mil hectáreas, de las cuales aproximadamente el 30% está en producción.

«También es común la empresa privada que compra la tierra a los campesinos y siembra la palma en grandes extensiones, o firma alianzas productivas. Este sistema es llamado por algunos el “modelo Regidor”, porque se ha desarrollado alrededor de este municipio bolivarense. Grandes inversionistas como los grupos Daabon y Murgas-Efromovich tienen planeado sembrar unas 15 mil hectáreas en palma en los municipios de Regidor, Río Viejo, Arenal y El Peñón (Villegas, 2007).

«En 2005, algunas empresas palmeras compraron la hectárea en 400 mil pesos y tres años después, luego de los trabajos de adecuación así como de la presencia militar, cada hectárea se cotizaba aproximadamente en cuatro millones de pesos. En efecto, en este período no sólo se consolidó el cultivo de la palma de aceite en varios municipios del sur de Bolívar, sino también hicieron presencia las fuerzas armadas con cerca de 1.500 efectivos».

La tendencia a tener presencia militar se ha mantenido: actualmente, opera en esa zona el Batallón de Infantería Mecanizado No. 5, General José María Córdoba, adscrito a la Segunda Brigada del Ejército el Batallón Rafael Reyes adscrito a la Quinta Brigada, el batallón Nariño

Continua el informe de Fedeagromisbol, señalando que: « los campesinos de Las Pavas no son los únicos que han sufrido esta situación. En El Garzal, corregimiento del municipio de Simití los campesinos han venido sufriendo una serie de presiones, amenazas y agresiones por parte de terratenientes que reclaman la propiedad sobre la tierra que habitan estos campesinos. En medio de las presiones jurídicas y de las presiones armadas por parte de grupos paramilitares al servicio de los presuntos propietarios han ocurrido asesinatos y desplazamientos de líderes que se oponen a entregar sus tierras. Otros campesinos de diferentes zonas se encuentran en grave riesgo. Entre ellos están campesinos de Caimital, Villadoris, El Antojo, Puerto Gaitán, y los Playones del río Magdalena».

Por lo anterior no solo se cumplen 10 años de la primera Caravana al Sur de Bolívar, sino que se evidencia la continuidad y agravamiento de la violación de los derechos humanos, de la continuidad del despojo y de la amenaza permanente sobre las vidas de los habitantes de esta región.

Segunda Caravana del Sur de Bolívar

Al igual que en el 2001, esta nueva movilización de la comunidad internacional y de varias organizaciones sociales y humanitarias nacionales pretende solidarizarse con las comunidades que habitan esta región y constatar para el país y el mundo lo que está sucediendo allí.

Con el nombre de Caravana Internacional por la Vida y Contra el despojo en el sur de Bolívar, inició  el miércoles 3 de agosto e irá hasta el próximo día 13, recorriendo varios municipios de esa región del país.

La Segunda Caravana es organizada por la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia, la Campaña contra el Despojo, la Federación Agrominera del Sur de Bolívar, Capítulo de Víctimas de Crímenes de Estado del Sur de Bolívar – Sur del Cesar y Catatumbo, la Comisión de interlocución del Sur de Bolívar y la Corporación Servicios Profesionales Comunitarios Sembrar

Durante 10 días los 18 delegados de España, Francia, Inglaterra, Holanda, Canadá, Estados Unidos, Sudamérica y Japón; y delegados de diferentes organizaciones colombianas, conocerán y analizarán la situación que atraviesan diferentes municipios del sur de Bolívar poniendo especial atención a los impactos que, para la población, tienen la presencia de empresas transnacionales de la minería y de la agroindustria.

Del mismo modo se recogerán testimonios de los pobladores frente a reiteradas denuncias sobre violación de derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario por parte de los actores armados que tienen presencia en la región.

Al finalizar la Caravana, los delegados elaborarán un informe de lo observado durante su recorrido y ofrecerán una rueda de prensa donde se presentarán las conclusiones y recomendaciones que ellos consideren pertinentes para garantizar el derecho a la vida y la permanencia en el territorio de los pobladores de esta región del país.

*Caravana Sur de Bolívar 2011*

Campaña contra el Despojo

www.redcolombia.org

 

 

 

Una delegación de 20 caravanistas inicio el recorrido por el Zonal Orlando Caamaño por el corregimiento de Las Pavas..

 

 

Zonal Orlando Caamaño

A las siete de la noche llego el primer grupo de la delegación de la caravana encargada de visitar y recopilar testimonios de la población que habita en los municipios del Zonal Orlando Caamaño (Morales, Arenal, Río Viejo, el Peñol y Norosí).

El miércoles tres de agosto, en la noche, partieron desde Bogotá dos buses camino al sur de Bolívar para realizar un exhaustivo análisis sobre el terreno, de la situación por la que atraviesan los pobladores de la zona. La caravana se dividió en dos grupos, en el municipio de Aguachica, departamento del Cesar, 20 personas que hacen parte de la Caravana, partieron hacia el corregimiento de San Juan de Río Grande, municipio de Santa Rosa del Sur y el resto de este grupo se trasladaron a la vereda Buenos Aires, municipio de El Peñón. Al llegar allí hicieron un recorrido de una hora a pie.

Tras un caluroso recibimiento por parte de la comunidad, sus habitantes fueron narrando anécdotas sobre las problemáticas que llevan sufriendo durante varios años debido a la plantación masiva de palma aceitera que los despoja de sus tierras y los desaloja de ellas, no en vano los caravanistas en su camino pudieron comprobar los efectos que estos monocultivos provocan tanto sobre los cultivos tradicionales como sobre los humedales que requieren ser secados para poder ser productivos.

Tras un intenso viaje y el acomodamiento en los sitios de dormida, llamados por los campesinos: cambuches, finaliza la primera jornada de la segunda Caravana Internacional por la Vida en el Sur de Bolívar a su paso por el zonal Orlando Caamaño.

La segunda Caravana Internacional por la Vida en el Sur de Bolívar recoge los primeros testimonios de la comunidad de las Pavas y Caimital.

Cultivando tras el regreso de la comunidad a Las Pavas, 4 de abril de 2011.

Zonal Orlando Caamaño


 

Las afecciones que genera el monocultivo de la palma aceitera centran las denuncias de las comunidades visitadas. La mañana comenzó activa en la comunidad de las Pavas. Tras una necesaria noche de descanso, a las 8 de la mañana y tras un generoso desayuno ofrecido por la comunidad, los integrantes de la caravana internacional dieron paso a la jornada de trabajo.

En plenaria diferentes miembros de la comunidad expusieron la historia de las luchas de la comunidad por conservar sus tradiciones y el territorio. El conjunto de las intervenciones giraron en torno a las afecciones generadas por el monocultivo de palma y su permanencia en el territorio.

Tras esta primera parte de la jornada de trabajo los dos voceros de la comunidad explicaron todas las agresiones que la comunidad ha sufrido principalmente desde principios de la década de los noventa. Según decían hasta este momento han sido 3 las ocasiones en las que la comunidad de las Pavas ha tenido que abandonar su territorio. Explicaban que la comunidad de las Pavas en la última década ha estado en el punto de mira de los intereses económicos de transnacionales que por todos los medios han tratado de desalojar a cada persona de sus tierras.

Contaban que en el 2003 los paramilitares fueron las encargadas de hacer el trabajo sucio de los terratenientes desplazando con brutalidad a los pobladores y que volverían a sufrir la violencia por los mismos actores en el 2006 tras su retorno. En este caso por órdenes del supuesto propietario Emilio Escobar que acabaría por vender los predios de la multinacional Consorcio el Labrador (CI Tequendama y San Isidro). Esta multinacional con ayuda del Esmad (escuadrón móvil antidisturbios de la policía colombiana) en el año 2009 lograron volver a desplazar a los habitantes que de nuevo retornarían permaneciendo en el lugar hasta la fecha.

Tras las primeras intervenciones y discursos de intercambio general con las personas caravanistas se han creado mesas de trabajo para la recopilación de experiencias, testimonios y denuncias. Se destaca la palabra de un miembro de la comunidad que explica que ahora la represión continúa de una forma más sutil pero no menos contundente “han tratado de dividirnos mediante el chantaje y el mercadeo con los puestos de trabajo e implementos pero no lo han logrado”-Afirmaba-.

Otro decía: “El bloqueo de transporte de alimentos y abastecimientos a la zona es otro de los elementos que caracterizan esta nueva forma de represión concretándose en la privación de uso de las vías de acceso o la imposibilidad de contratación de maquinaria para el transporte de mercancías”. Por último cabe destacar la reiterada denuncia sobre los muros que la multinacional esta construyendo alrededor de sus plantaciones para secar las áreas de cultivo. Obras que han generado inundaciones en las casas de las familias y la pérdida del pescado, fuente básica para su alimentación.

Acabado el trabajo en las Pavas la caravana se ha desplazado por el río que recorre el municipio Brazuelo del Papayal hasta llegar en carro al corregimiento de Caimital, donde han mantenido una reunión con la población que otros caravanistas empezaron en materia educativa, sanitaria y laboral pero primordialmente el acceso a la tierra y contra el monocultivo de palma que los ha despojado a los campesinos de una buena parte de sus tierras.

 

Caravana por la vida y el territorio, primer día

 

Caravanistas Zonal de Osos

Son las 8 de la noche del dia 3 de agosto cuando la Caravana inicia su rumbo desde las calles de Bogotá. La compaña internacionalista inicia su viaje acompañada por gentes de la tierra del Sur de Bolívar que han participado en la Audiencia Nacional el día anterior y que hoy integra, aunque sea solo por unas horas, la variada columna. El autobús nos lleva al destino fijado, avanza nocturno y atrevido por tierras montañosas para amanecer en Aguachica, donde comienza la caravana propiamente; foto de familia, nuestros mejores deseos a los demás compas de la caravana que parten hacia otros zonales y las primeras amables “recomendaciones” de las fuerzas de seguridad que prestas nos comentan que, debido a la peligrosidad de la zona, deberíamos acogernos a la protección de las fuerzas locales allá donde nos desplacemos.


 

Algunos caravanistas viajan por el río Magdalena

Llegamos a la Gloria y conocemos el río Magdalena, el último obstáculo que nos separa de la camioneta que nos llevara a nuestro zonal. Lo atravesamos y nos adentramos en el Zonal de Osos, el territorio asignado a esta columna, que toma nombre de un cerro donde el ejercito acabo con la vida de tres campesinos-mineros y que desde entonces forman parte del recuerdo colectivo.

 Avanzamos y descubrimos el nuevo “oro verde” como el que otrora otros conquistadores buscaran y que ahora toma forma de palma africana. Palma, el cultivo que poco a poco va sustituyendo a la producción de cultivos tradicionales y que aseguraban las necesidades alimenticias de la población. Entre medio ganadería extensiva, patrullas militares y final del viaje en Puerto Rico, el municipio de Tiquisio. Mañana nos esperan los primeros contactos, actividades y experiencias de una Caravana que todos sentimos, ya ha comenzado.

Segundo día, Caravana por el Sur de Bolívar.

 

Caravanistas Zonal de Osos

En el segundo día de las personas que vamos con la caravana estamos en la zona del Oso (Montecristo, Tiquisio y parte de Norosí), amanece el día, con un sol fulgurante, y la decidida intención de emprender el acompañamiento a dos lugares, fincas de los compañeros y compañeras asociados de Fedeagromisbol; La primera donde se cosecha arroz en seco, plátano, yuca, entre algunos árboles frutales; Luego vamos a una finca donde viven varias familias de la federación que producen la caña, y generan la panela.

Los Compañeros de la federación nos comentan sobre el arduo proceso, el cuidado de sus cultivos y sobre las condiciones de dificultad que llevan para poder sacar adelante estos proyectos. El municipio es poco visitado por el Estado, por lo tanto, las ayudas nunca llegan, ni acompañamiento, formación o algo que les pueda servir de insumo para hacer más fácil la vida en la región o al menos tener o poder esperar, un bienestar de vida integral.

La Zona del Oso llamada así en memoria de tres campesinos asesinados por el ejercito en un monte conocido como el Oso. Es un ambiente cálido, de pocas brisas, pero de gente alegre y amable; Nos han recibido con mucho cariño y prestos para colaborar con los objetivos de la caravana. Junto al día de hoy, han estado la brigada de médicos internacionales, en la iglesia del pueblo de Puerto Rico, capacitando a la población en temas de salud, salubridad, entre otras opciones que pueda tener a la mano la comunidad, frente a la incapacidad estatal, en hospitales y puestos de salud óptimos.

Cuando la tarde ha acaecido, hemos tenido una reunión con algunos pobladores de la comunidad, en su mayoría representantes campesinos de las veredas cercanas, comentando la presencia de la caravana, recordando su importancia desde la primera que se generó en el 2001. Los Compañeros nos comentan sobre sus experiencias en sus fincas y poblados, las violaciones a los derechos humanos y atropellos frente a la fuente de su trabajo, como imposiciones de cultivos como la palma africana por las bandas emergentes sean los Bracrim, los Urabeños, o águilas negras.

Reivindicamos el objetivo de la caravana ante los pobladores, nos acompañamos y departimos un rato entre todos, cae la noche, y entran otros quehaceres de los caravanistas, hasta el próximo día.

Día 3: Visita a la Comunidad de Puerto Gaitán (Zona El Amparo)

Caravanistas Zonal de Osos

La mañana ha comenzado con una caminata hasta nuestro destino, de más de dos horas, a lo largo de un paisaje exuberante. Hemos podido constatar, una vez más, lo maravilloso de la naturaleza del Sur de Bolívar.

Llegados a la comunidad nos reciben con la hospitalidad propia de los habitantes que sin ninguna posesión, nos ofrecen toda su generosidad que ante la situación en la que se encuentran tiene un valor inmenso. Reunidos con la mayor parte de los integrantes de la comunidad, nos hacen una exposición de sus problemas pasados, que tanto pesan en el presente, y actuales.

 Esta comunidad, que se dedica a la pesca en la ciénaga y la agricultura, explica que padeció los rigores de la violencia en la que vivieron atrapados, de un lado el ejército y sus puntas de lanza, los temidos paramilitares, así como de la guerrilla que tampoco daba opción a los humildes habitantes de esta comunidad. Esta situación vivió su punto álgido en 1998 año en el que fueron desalojados y se vieron obligados a abandonar sus pocas pertenencias y sus hogares. Una vez disminuida, mas no erradicada, la violencia padecida pudieron volver a su comunidad evidenciando la profunda vinculación con su tierra.

 Se trata de una comunidad con recursos ínfimos y ello agrava su propia situación material y económica, tanto personal como comunitaria. Estos son algunos de los problemas que nos han trasmitido.

 En referencia a los medios económicos con los que cuentan explican que al regresar a su tierra, se encontraron con que no poseían ninguna tierra en la que cultivar, por ello se ven obligados a arrendar tierras ajenas, propiedad de latifundistas, por las que tienen que abonar mensualmente y cada uno de ellos unos cien mil (100000) pesos y con los que únicamente obtienen un mínimo de producción de subsistencia, es decir, toda su producción es para el autoconsumo. Añaden que mejor rendimiento obtienen con la pesca en la ciénaga de donde obtienen alimento no sólo para su consumo sino también para la comercialización y con la que consiguen otros productos básicos para su manutención, como el arroz, etc. En cualquier caso, se trata de una comunidad sin muchos recursos económicos y con recursos mínimos para subsistir por lo que, cualquier contratiempo, puede significar no alcanzar un nivel mínimo de alimentación.

 Respecto a los medios de salud e higiene, éstos son totalmente inexistentes. Ante cualquier problema de enfermedad tienen que trasladarse al municipio de Puerto Rico o al Sudán para ser “tratados”, si lo consiguen, por algún médico. En la práctica no tienen acceso a los medios mínimos sanitarios. Al mismo tiempo, la municipalidad no ofrece ninguna infraestructura básica para la higiene, como puede ser la eliminación de focos infecciosos. El resultado de la desidia pública es un alto grado de paludismo entre los habitantes de la comunidad, afectando especialmente a los niños.

En materia educativa, los niños se encuentran escolarizados (acuden tres maestros de forma diaria), pero los medios son del todo inexistentes. Sus clases se dan en barracones insalubres y con carencias materiales de todo tipo. En cualquier caso, la ayuda mensual del gobierno para la escolarización ha surtido efectos puesto que todos los niños acuden a clase.

 Otros problemas básicos para su subsistencia es la carencia absoluta de un sistema de acceso al agua potable, por no mencionar la absoluta falta de un sistema de alcantarillado. Asimismo, la electrificación, si bien se encuentra presente, ésta es deficitaria, con abundantes cortes en el suministro del mismo aunque, eso sí, pagan religiosamente sus facturas. Señalan que este es un abuso más en una comunidad carente de recursos básicos.

 Asimismo, las viviendas son del todo inadecuadas para una estancia mínimamente higiénica, no teniendo ningún tipo de ayuda para su habilitación, aunque se les prometió a la comunidad que accederían a las mismas. También la ciénaga, principal fuente de recursos, se encuentra en peligro por la aparición de “aguas blancas” procedentes del río Magdalena que no es otra que la aparición de sedimentos que provoca problemas en la reproducción de los peces y, en el futuro, de la pesca.

 Otro problema que, a corto plazo encuentran, es la declaración de Parque Natural que está en proyecto y que implicará, con la excusa de promocionar el turismo, la pérdida absoluta de la comunidad sobre los ya precarios recursos que, desde tiempo inmemorial, vienen explotando y que provocará, en la práctica, un segundo y más doloroso, por definitivo, desalojo.

 En definitiva, hemos encontrado una comunidad que resume claramente todos los problemas del Sur de Bolívar pero, al mismo tiempo, una vitalidad enorme que, con la ayuda y unión entre ellos y con las organizaciones de apoyo, pueden lograr a mediano plazo mejoras que redunden en beneficio de una comunidad duramente castigada a lo largo de los últimos años. Al efecto, ya ha convocado Fedeagromisbol, entre otras organizaciones sociales de la región, una Mesa de Interlocución donde se tratarán los temas que a lo largo de este informe se han comentado.

 Caravana por la vida y el territorio. Domingo 7 de agosto

Ante la imposibilidad de ir a la vereda Aguas Frías, corregimiento Puerto Coca del municipio de Tiquisio, como estaba previsto, por causas ajenas a la caravana, pudimos tener una reunión con un habitante de la vereda. Nos contó que la vereda actualmente tiene 300 habitantes, campesinos y mineros, pero la mayoría se había desplazado de la región en la década de los 90.

 Explica que Aguas Frías anteriormente, fue muy golpeado por la fuerza pública. En el año 1987 el Batallón Nariño fue responsable del asesinato de un miembro de la comunidad. En el año 1990 la comunidad tuvo que salir de la zona, ante las agresiones y maltrato del Ejército Nacional. Nos explica este campesino de la región que cuando tuvieron lugar combates entre la fuerza pública y la guerrilla; el Ejército bombardeó alrededor del pueblo y por la plaza central. Al salir del pueblo, la fuerza pública incendio todas las casas, imposibilitando el retorno de la gente por mucho tiempo.

 El poblador continúa su relato explicando que el pueblo pudo retornar poco a poco, pero las agresiones continuaron. Los paramilitares mataron a varias personas de la zona en 1997. En enero de 2004 hubo un operativo militar en la zona y el ejército mató varios mineros y desapareció un niño de 13 años. La fuerza pública desmintió los hechos mientras los compañeros de los desaparecidos buscaron la verdad. Al fin se les mostraron fotos de los compañeros fallecidos, pero las fuerzas estatales mantuvieron su versión de que habían sido guerrilleros. El ejército emprendió una campaña de terror en la vereda de Aguas Frías. Cuenta que el tribunal judicial de Bolívar el cual lleva los juicios de los casos anteriormente mencionados ha sido exageradamente lento, mostrando que una justicia a través de canales legales es casi imposible en Colombia.

 También nos explica que hoy en día, las fuerzas públicas y paramilitares han moderado un poco las agresiones contra la comunidad, en parte porque se han visibilizado las problemática en el país y también en la comunidad internacional. Cada año en enero, se realiza un aniversario de los asesinatos del 2004, donde participan varias organizaciones nacionales e internacionales en solidaridad con la comunidad. No obstante, siguen existiendo amenazas graves al pueblo de Aguas Frías y se aprecia un deterioro del medio ambiente en la vereda por la intervención de las maquinas pesadas en las minas. Añade que de continuar las prácticas dañinas, la zona quedará como un desierto. Más preocupante es el proyecto planificado que concesionaria la zona a multinacionales para la minería, lo que seguramente facilitará aún más el daño a la tierra.

 El campesino añade que la gran mayoría de habitantes trabajan sus propios terrenos de los que son propietarios, aunque no poseen materialmente los títulos; en tal caso sería muy difícil defender jurídicamente sus derechos dice con preocupación.

 Finaliza diciendo que se evidencia que el despojo de la comunidad persiste, pero en vez de ser una agresión directa por parte de la fuerza pública para despojarles de su propia tierra, las tácticas van cambiando pero la estrategia de robar la tierra de la comunidad continúa.

 Otros pobladores nos cuentan que la comunidad de Aguas Frías viene formando procesos organizativos comunitarios, pero todavía se encuentran en fase inicial. En la actualidad, ya existe un comité de mujeres, una asociación de mineros, así como juntas de acción comunal. Para ello cuentan con el apoyo de Fedeagromisbol para la realización de diferentes talleres de formación, y continúan comprometidos en defender su territorio de los intereses económicos de las empresas multinacionales.

 En el tercer día de la caravana en Puerto Rico, municipio Tiquisio, en la zona del Oso, se ha evidenciado una vigilancia por parte de la policía local sobre las personas que participan en la caravana, preguntándole a varios sobre la misión y propósito de la caravana.

 Esta tarde la Caravana ha apoyado una actividad lúdica educativa de la brigada médica. La actividad consistía en unos juegos infantiles de animación en la plaza del barrio 20 de Julio, al aire libre, delante de toda la comunidad, con niños y algunos mayores participando y aprendiendo conocimientos de prevención de salud. Los caravanistas –que atraían la atención de los habitantes – se han integrado en las dinámicas y han aportado algunos juegos para los adultos.

El día finalizó con la presentación de algunos vídeos para los niños de la comunidad, con mensajes acerca de la conservación y cuidado del ambiente, el amor y respeto a otros. Esta iniciativa es programada por los brigadistas médicos.

El día lunes, nos encontramos con los caravanistas del zonal Orlando Caamaño, en el municipio Arenal, para dar continuidad a la labor de acompañamiento representada por los caravanistas en esta campaña por la vida y el territorio.

Auteur.trice
Redher