Luego del desplazamiento de 1996, 1997, 1998, 1999, 2001, 2003 y ahora en 2011, por la violencia paramilitar los afrodescendientes de Curvaradó, Jiguamiandó y Cacarica han desarrollado múltiples formas de promoción de la vida campesina y la salvaguarda de sus usos y costumbres.