El 21 de noviembre ya hace parte de la historia de Colombia, pero sobre todo de nuestro presente y futuro. Después de dos semanas de manifestaciones multitudinarias, rebeldes, diversas y multicolores llevadas a cabo en casi todos los rincones de esta sociedad hastiada, los rostros adustos, inexpresivos e indiferentes de colombianos y colombianas de todas las estirpes se transformaron por unos más frescos, llenos de luz, esperanza, alegría, solidaridad, complicidad y valor.